Las señales de alerta que te avisan de que sufres "runnorexia": puede ser peligroso por este motivo
Se estima que alrededor de 200 corredores aficionados mueren cada año en España durante la práctica de carreras populares

Cerca de 200 corredores aficionados mueren cada año en España durante la práctica de carreras populares
Logroño - Publicado el
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¿Hacer deporte? Sí, sin duda. Dicho esto, hablamos de la "runnorexia" y de los riesgos de hacer deporte sin control.
Ya sabes que recientemente ha fallecido un hombre de 38 años en una prueba popular en Madrid. Ha habido otros casos similares que llevan a una conclusión: Realizar deporte sin control médico conlleva riesgos importantes para nuestra salud.
Se estima que alrededor de 200 corredores aficionados mueren cada año en España durante la práctica de carreras populares. Es importante tener en cuenta que esta es una estimación, al no existir datos exactos, pero es una estimación que nos tiene que hacer reflexionar.
Un chequeo previo, sencillo, permite identificar condiciones que existen ya preexistentes, como problemas cardíacos, asma o lesiones musculoesqueléticas que podrían agravarse o desencadenar complicaciones durante el desarrollo de la actividad física. En este caso, de correr.
Sin esta evaluación, se incrementa el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares, desmayos, golpes de calor o lesiones por sobreesfuerzo. En cada caso, claro, hay que variar la intensidad, la duración y el tipo de ejercicio y adecuarlo a cada uno de nosotros.
Así, lo que haríamos es minimizar riesgo de lesiones y optimizar también los beneficios del deporte. Sin esa guía médica, es fácil caer en errores como un sobreentrenamiento, técnicas incorrectas, en fin, ignorar señales de fatiga o dolor.
La falta de seguimiento médico también impide detectar a tiempo posibles problemas que puedan surgir y si se ignoran esos síntomas, pueden llevar a complicaciones más graves a largo plazo. Así que, es fácil. En resumen, el control médico antes de iniciar o intensificar la actividad deportiva es una medida de prevención absolutamente esencial. No someterse a esa evaluación implica exponer el cuerpo a un estrés innecesario y potencialmente peligroso.
Lo sabe muy bien Joel Manuel Prieto Andreu, profesor de Menciones en Educación Física e investigador de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Este experto ha realizado un estudio sobre corredores aficionados para analizar ese fenómeno de la "runnorexia".
"Hemos escuchado ya ese término de 'runorexia' mucho en los últimos tiempos y está directamente relacionado con la obsesión por correr y la posible vinculación con trastornos de la conducta alimentaria también", explica en COPE Rioja.
obsesión patológica por correr y signos de alerta
La 'runnorexia' es un término coloquial que describe una obsesión patológica por correr, donde el ejercicio físico deja de ser saludable para convertirse en una compulsión.
Frecuentemente se asocia también a trastornos de la conducta alimentaria y esas señales de alerta incluirían priorizar el running, sobre las relaciones sociales, ya sea también a nivel laboral o encima de la salud propia.
"Correr a pesar de que estoy lesionado, tengo una lesión grave y aún así insisto en mi rutina diaria de correr. También incluso con fatiga extrema, tener esa ansiedad o culpa si no entreno el día de la tirada larga o de las series cortas, si me la salto no me lo puedo perdonar. Eso sería también una señal de alarma. Y también está vinculado con restricción alimentaria".
"Es clave siempre diferenciar pasión de patología", asegura. Si correr genera sufrimiento más que disfrute, aquí hay que buscar ayuda profesional.
Lo cierto es que últimamente se está poniendo muy de moda, lo vemos con los conocidos como influencers, esto de correr a cualquier precio, podemos decir. Las redes sociales juegan un papel importante en esta cuestión.
"Las redes exacerban la ansiedad negativa al correr porque fomentan esa comparación social". Tenemos que saber que si nos vamos a apuntar a una carrera, ya sea de 10 kilómetros, medio maratón, maratón; antes de empezar e incluso periódicamente, hay que hacerse una analítica sanguínea, de hierro, electrolitos, el perfil lipídico, glucosa, todo eso para detectar anemias o alguna alteración metabólica.
Y claro está, hacerse un examen físico, sobre todo si vamos a competir. Así descartamos factores de riesgo cardiovascular. Antecedentes musculares, antecedentes familiares o síntomas como puede ser el dolor torácico.
"Y no estaría de más hacerse también de vez en cuando una prueba de esfuerzo, una prueba de ergometría. Especialmente si, como en mi caso, mayores de 40 años o con factores de riesgo, con hipertensión, diabetes, tabaquismo".
Hay que saber que pueden aparecer lesiones por sobrecarga. También trastornos inmunitarios, ya que el sobreentrenamiento debilita las defensas y eso aumenta las infecciones.
Si entrenamos mucho, el descanso es obligatorio.
"Tenemos que incluir días de recuperación. Sueño de calidad. Y dentro de nuestra rutina, pues la planificación que sea progresiva. Debemos seguir los planes que estén adaptados a nuestro nivel físico. Seguir, por ejemplo, la regla del 10%. Siempre que pase una semana tipo, aumentar un 10% el volumen semanal de kilometraje, por ejemplo. Y atender a las señales de alarma. Al final, si estamos irritados, no podemos dormir bien. Es decir, tenemos insomnio, fatiga crónica. O incluso vemos que nuestro rendimiento se reduce". Estas son señales de alarma. "O incluso nuestra frecuencia cardíaca en reposo, que es muy sencillo de medir. Si es elevada, es una señal también de alarma".
"Y a nivel de entrenamiento, pues variar la rutina. Es decir, no correr todo el rato. Combinamos running con fuerza, flexibilidad o hacer entrenamiento cruzado con deportes de bajo impacto, como lo son el ciclismo y la natación".
Esos serían algunos ejemplos.
"Correr es un regalo para la salud, pero debe practicarse con conciencia y humildad".