Paciencia y diálogo: Carmen, mediadora vecinal en La Rioja, pone en valor su función para resolver conflictos en los que, en algunos casos, "no puedes celebrar ni un cumpleaños"
Una trabajadora social del servicio de mediación extrajudicial de La Rioja revela cómo el diálogo ayuda a solucionar desde quejas por ruido hasta situaciones insólitas

Paciencia y diálogo: Carmen, mediadora vecinal en La Rioja, pone en valor su función para resolver conflictos en los que, en algunos casos, "no puedes celebrar ni un cumpleaños"
Logroño - Publicado el - Actualizado
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Los ruidos por la noche, las mascotas o el mal uso de las zonas comunes son problemas habituales en las comunidades de vecinos. Aunque la mayoría de estos conflictos no requieren intervención policial, su gestión puede ser compleja. Para abordarlos, existe la figura del mediador vecinal, un profesional como Carmen, trabajadora social del servicio de mediación extrajudicial del Gobierno de La Rioja, que gestiona cerca de diez casos al mes.
El diálogo como solución
La función de la mediación no es juzgar, sino facilitar el diálogo para que las partes encuentren una solución por sí mismas. Carmen explica que su trabajo consiste en reunir a los implicados para que lleguen a un acuerdo. "Son las partes las que solucionan los problemas", aclara. Este enfoque ha demostrado ser clave para evitar que muchos conflictos acaben en los juzgados.

Comunidad de vecinos
Este servicio se ha convertido en un paso previo fundamental a los procedimientos judiciales, contribuyendo a descongestionar los tribunales. "La mediación ahora es un paso previo a los procedimientos judiciales, porque los juzgados están a tope. Entonces, si solucionas esto, pues ya no tienes necesidad de ir al juzgado", comenta la experta. De esta manera, se consigue un ahorro de tiempo y recursos para el sistema.
El perfil de las quejas y los casos más extremos
Según la mediadora, las llamadas más habituales proceden de personas de entre 60 y 70 años que se quejan del ruido generado por los más jóvenes. Las fiestas, la música alta o incluso el ruido de tacones a deshoras son las molestias más frecuentes. "Las personas más mayores se suelen quejar más de los jóvenes, pues, que hacen ruido, que generan fiestas, que van con los tacones a altas horas de la madrugada", detalla.
La propia mediadora ha experimentado estas situaciones en carne propia, ya que tiene un vecino que llama a la policía ante el menor ruido pasadas las diez de la noche. "Mi vecino, cuando pasan cinco minutos de las 22:00 ya se está quejando. Es que ahí no puedes ni hacer un cumpleaños, porque es que te amarga el día", lamenta. Esta hipersensibilidad al ruido es una fuente constante de tensión.
Es que ahí no puedes ni hacer un cumpleaños, porque es que te amarga el día"
Casos que superan la ficción
Más allá del ruido, existen comportamientos incívicos que llevan la convivencia al límite. Carmen ha tenido que mediar en casos de impago de cuotas de la comunidad y situaciones tan extremas como la de un vecino que orinaba en la puerta de otro.
El trabajo de mediador no es sencillo y requiere gestionar situaciones límite con calma y profesionalidad. Por ello, Carmen anima a todos los vecinos que tengan un conflicto a acudir al servicio de mediación extrajudicial del Gobierno de La Rioja, disponible a través del teléfono 941 20 20 20, para encontrar una solución dialogada.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

 
                             
                 
                         
                    



