Los dueños de un bar de La Rioja se jubilan, dejan a los vecinos sin bar y esta es la particular manera que tienen de reunirse

Era marzo de 2020, días antes de que la pandemia del COVID lo cerrara todo, pusiera en pausa la vida, un bar de pueblo bajaba la persiana para siempre. Tras 130 años de vida, el bar de Villavelayo se despedía porque la última saga de los Medel se jubilaba. La pandemia dio una tregua tiempo después, pero nadie recogió ese testigo en las 7 Villas. 

El invierno demográfico no parece despedirse y los pueblos se vacían a cuentagotas, con pena en el corazón pero sin opciones para los amantes de lo rural, de la esencia, de la raíz. Así, este pueblo de La Rioja pasó de tener varios negocios de hostelería abiertos a quedarse en silencio. Silencio de calles. Silencio en las casas. 

Sin embargo, no quisieron condenarse al silencio. No quisieron conformarse y encontraron una forma de encontrarse, una forma forma de dar ruido y bullicioso a sus escasas y pequeñas calles empedradas. 

una furgoneta, una barra de bar contra la soledad rural

Durante estos cinco años los vecinos han contado con una alternativa curiosa y que les ha procurado un café, un vino o una cerveza en las noches de verano. Una furgoneta en la plaza del pueblo cubría ese servicio, pero hoy te queremos contar una buena noticia que se hace eco en este pequeño pueblo. Ya no habrá que tomar café bajo la lluvia o bajo un sol abrasador. Ya hay un techo donde resguardarse. 

el centro social de villavelayo, mucho más que un bar de pueblo

Acaba de inaugurarse un Centro Social que, entre otras cosas, ofrece servicio de bar. En un primer momento, está atendido por un vecino empadronado en el pueblo, pero se busca a un emprendedor o una familia para que llegue este centro que es mucho más que un negocio. 

Alfredo Herrero, alcalde Villavelayo, explica en COPE Rioja, que "después de estos cinco años en los que hemos estado muy bien atendidos pero en al calle, ahora este Centro Social nos alegra mucho y ojalá siga adelante". "Gracias al Gobierno de la Rioja empezamos con las primeras subvenciones y al final el sábado conseguimos inaugurar y estamos todos muy contentos", confiesa emocionado.

"De momento estamos bien servidos, lo lleva bien un chico empadronado en Villavelayo, a ver lo que va pasando después porque es difícil", advierte el alcalde. Entiende que la solución sería un emprendedor o una familia que entendiera este Centro como un negocio a largo plazo, como un proyecto de vida, pero es muy consciente de que no es fácil. 

Villavelayo tiene censados a 41 vecinos según el INE. Sin embargo, la realidad es que durante los meses de invierno tan solo una docena permanecen en el pueblo. Necesitan servicios, necesitan que su día a día sea posible. Cada vez son menos y temen que la situación empeore.

un bar, un lugar de encuentro en la españa vaciada

Las personas más mayores abandonan el pueblo ante la imposibilidad de habilitar casas grandes mal acondicionadas para ellos, ante la falta de tiendas donde comprar lo básico... Las familias jóvenes se enamoran del lugar pero no terminan de quedarse. El escenario es inmejorable pero los problemas del día a día no parecen compatibles con esos recónditos remansos de paz.  

La vida en estos lugares se apaga a pesar de su espectacular belleza. Sin embargo, hoy hay un poco más de luz, un poco más de esperanza.

Vecinos y visitantes tienen ya habilitado un Centro Social que también funciona como bar. De momento, de forma provisional. Un joven empadronado en el pueblo se está encargando de ponerlo en marcha pero el objetivo es que algún emprendedor apueste firmemente por este negocio en este pequeño pueblo de La Rioja. 

Un bar en un pueblo es un lugar de encuentro y en este Centro Social hay muchas historias por contar.