Ana, pastelera y emprendedora en Mallorca: "Con 10.000 € montamos nuestro primer obrador. No era ideal, pero era suficiente para empezar. Quien busca excusas nunca arranca"
Anita empezó a hornear sin formación ni dinero y hoy lidera un negocio con varias tiendas, un gran obrador y una nueva línea de postres saludables en camino

ana
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura22:15 min escucha
Lo que comenzó como un hobby haciendo tartas en casa para amigos se ha transformado en un imperio de la repostería que prevé facturar un millón de euros este año. Es la historia de Anita, una emprendedora de Mallorca que, sin estudios de pastelería y con una inversión inicial mínima, ha creado Anita Cakes, una marca consolidada con un gran obrador, varias tiendas y un equipo de 16 personas.
Los inicios: una tarta y una corazonada
Todo empezó hace once años, cuando el marido y socio de Anita vio el potencial en sus postres caseros y la animó a buscar un pequeño local. Sin experiencia profesional, pero con una pasión arrolladora, se lanzaron. La primera venta fue una tarta de tres chocolates por 35 euros que una amiga vendió por ella. "Sentí como cuando te enamoras, una chispita, unas mariposas", recuerda Anita sobre aquel momento que encendió la mecha de su futuro negocio.

Ana Cakes
Con sus únicos 10.000 euros ahorrados compraron un horno doméstico y una batidora. Mientras su marido mantenía su trabajo para asegurar un ingreso, reinvertían cada ganancia en nuevo material. Fue un comienzo modesto, basado en la confianza de su círculo cercano. "Nos dijeron todos, 'vosotros servís para llevar un negocio', y dijimos, venga, pues si lo dicen ellos, ya es que sí", explica sobre el empujón final que necesitaron.
Los errores que forjaron el éxito
El camino no ha estado exento de tropiezos. Anita confiesa que uno de los mayores fallos fue no tener un plan de negocio y, sobre todo, no priorizar la contabilidad. Al principio, no calculaban correctamente los costes, llegando a vender productos sin apenas margen de beneficio. Uno de los aprendizajes más duros fue valorar su propio trabajo.

Caravana de Anita Cakes
Jamás conté mis horas, jamás cobré mis horas"
Pastelera
"Jamás conté mis horas, jamás cobré mis horas. Yo contaba y cobraba lo que me costaba el material, error, error enorme", admite. Este aprendizaje la llevó a entender la importancia de no tener miedo a cobrar un precio justo por un producto de calidad y a gestionar el negocio con una mentalidad empresarial, incluso con amigos y familiares.
La estrategia del crecimiento: producto, marca y futuro
Hoy, Anita Cakes es mucho más que tartas. Curiosamente, su producto estrella son las cookies, que representan el 65 % de las ventas frente al 35 % de los pasteles, con una producción mensual que ronda las 10.000 unidades. La empresa ha crecido con una inversión de casi 400.000 euros en un gran obrador y más de 500.000 euros en su tienda insignia en una de las zonas más exclusivas de Palma, que funciona más como buque insignia de la marca que como unidad de negocio rentable.

ana cakes
Pero Anita no se detiene. Ya trabaja en su próximo proyecto, Anita Green, una línea de repostería saludable que usará endulzantes naturales como la panela y cremas de frutos secos caseras. Este movimiento responde a una creciente demanda del mercado y a sus propios valores personales de cuidado y bienestar. Un concepto que, según cree, tiene un gran potencial.
Creo que en un futuro me veo con Anita Green"
Pastelera
La visión de futuro es clara: franquiciar el modelo de negocio para expandirse a ciudades como Madrid y Barcelona, desarrollar cursos online y cumplir el sueño de tener un punto de venta en el aeropuerto de Palma. Su consejo para quienes empiezan es claro: "Que elija un producto, un par de productos, y los haga brutales". Y, sobre todo, no olvidar que los números son cruciales, porque "si trabajas, si trabajas y no ves resultado, al final te quemas".
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.




