Envejecer con salud y sin desconexión: cómo la tecnología se convierte en aliada de las personas mayores
La Semana de las Personas Mayores pone el foco en el envejecimiento activo, autónomo y conectado, y demuestra cómo las nuevas herramientas pueden ayudar a combatir la soledad y mejorar la calidad de vida

Entrevista con Verónica Cateriano, comunicación SPC
Menorca - Publicado el - Actualizado
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España es hoy uno de los países más envejecidos de Europa y todo apunta a que esta tendencia seguirá creciendo en las próximas décadas. Con un porcentaje cada vez mayor de población por encima de los 60 años, el debate sobre cómo queremos vivir esta etapa de la vida cobra más importancia que nunca. En este contexto, la Semana de las Personas Mayores —que se celebra estos días coincidiendo con el Día Internacional de las Personas de Edad— ha servido para reflexionar sobre el envejecimiento saludable y el papel que puede jugar la tecnología en el bienestar de este colectivo.
Durante el programa Herrera en COPE Menorca, Verónica Cateriano, responsable de comunicación de SPC, explicó algunas de las claves para llegar a la madurez “solo en edad, no en espíritu ni en capacidades”. Y lo hizo presentando un decálogo de envejecimiento saludable, elaborado junto a la divulgadora Jana Fernández, con el que se busca promover una vida activa, autónoma y conectada.
Envejecimiento activo: hábitos cotidianos que marcan la diferencia
El objetivo, según Cateriano, es que las personas mayores puedan mantener sus facultades físicas, emocionales y cognitivas el mayor tiempo posible. Para ello, resulta fundamental adoptar hábitos cotidianos sencillos pero eficaces. Entre ellos, destacan la actividad física regular, con caminatas o ejercicios diarios adaptados a cada edad; el descanso adecuado, respetando horarios y rutinas de sueño; y la estimulación mental, mediante la lectura, los crucigramas o el aprendizaje de nuevas habilidades.
La alimentación equilibrada es otro pilar clave, así como el mantenimiento de relaciones sociales que eviten la llamada “soledad no deseada”, un fenómeno que afecta cada vez a más personas mayores. Sentirse parte activa de la comunidad no solo contribuye al bienestar emocional, sino que también influye en la salud física y cognitiva.
En este sentido, la participación en la sociedad digital es hoy más importante que nunca. En un mundo cada vez más conectado, saber utilizar la tecnología puede marcar la diferencia entre el aislamiento y la integración plena. Por eso, uno de los retos actuales es garantizar que las herramientas tecnológicas estén diseñadas pensando en las necesidades reales de las personas mayores.
Tecnología accesible y pensada para mayores
La digitalización ofrece grandes oportunidades para mejorar la calidad de vida en la vejez, siempre que las soluciones sean intuitivas, accesibles y útiles. Un ejemplo de ello es el desarrollo de dispositivos adaptados, con interfaces simplificadas e iconos grandes que faciliten la navegación a quienes puedan tener limitaciones visuales o psicomotrices.
Además, los nuevos sistemas incorporan funciones pensadas para la tranquilidad de familiares y cuidadores, como la configuración remota del dispositivo o la posibilidad de consultar la ubicación en tiempo real de la persona mayor. Estas herramientas permiten acompañar a distancia sin invadir la autonomía de quienes las utilizan y aportan un extra de seguridad en el día a día.
Las iniciativas tecnológicas orientadas a las personas mayores también ayudan a fortalecer los vínculos familiares. Configurar a distancia un volumen mal ajustado o comprobar que un familiar ha llegado a casa a la hora prevista son pequeños gestos que, gracias a la tecnología, hoy son posibles sin necesidad de estar presentes físicamente. Este tipo de avances permiten a las personas mayores mantener su independencia sin renunciar al acompañamiento, un equilibrio clave en esta etapa de la vida.
En paralelo, la adaptación de los dispositivos móviles tradicionales incluye mejoras sencillas pero relevantes, como la incorporación de teclas físicas para responder o colgar llamadas, que reproducen el uso familiar de los teléfonos fijos y facilitan su manejo. Todos estos elementos responden a un objetivo común: que la tecnología sea una herramienta útil, cercana y sencilla, no una barrera.
El reto del futuro: envejecer conectados y acompañados
Más allá de la innovación tecnológica, el reto colectivo pasa por repensar el papel de las personas mayores en una sociedad que cambia a gran velocidad. Fomentar su autonomía, promover su participación social y reducir la brecha digital son elementos esenciales para garantizar un envejecimiento digno y activo.
La Semana de las Personas Mayores es un recordatorio de que el envejecimiento saludable va mucho más allá del bienestar físico: implica también sentirse útil, conectado y acompañado. En este proceso, la tecnología puede y debe ser una aliada, siempre que se adapte a las necesidades reales de sus usuarios y contribuya a fortalecer su calidad de vida.
Cada avance en este ámbito representa un paso hacia una sociedad más inclusiva, donde las personas mayores sigan siendo protagonistas activos de su presente y de su futuro. El desafío no es solo vivir más años, sino vivirlos mejor, y en esa misión la innovación y la cercanía humana deben caminar de la mano.



