Alerta por el virus chikungunya: síntomas, diferencias con el COVID y casos en España
En China ya se aplican medidas drásticas como confinamientos y fumigaciones, mientras en España se han detectado los primeros casos

Imagen de un mosquito tigre
Mallorca - Publicado el
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Alerta mundial por el virus chikungunya. En China se están aplicando medidas que recuerdan a lo vivido durante la pandemia del coronavirus: confinamientos, fumigaciones masivas y controles sanitarios para frenar la expansión de este virus transmitido por mosquitos. La Organización Mundial de la Salud ya ha pedido a los países extremar la vigilancia, mientras que en España se han detectado los primeros casos importados. En Mallorca, por el momento, no hay contagios autóctonos.

Estructura de un virus
Las autoridades sanitarias insisten en que la clave está en la detección precoz. La directora general de Salud Pública, Elena Esteban, explica que los síntomas del chikungunya son claros y que es importante reconocerlos a tiempo: “El virus produce fiebre alta, dolores articulares muy intensos, cansancio extremo y, en ocasiones, erupciones cutáneas. No es un virus nuevo, pero sí es necesario identificarlo cuanto antes para evitar complicaciones”.
La similitud de algunos síntomas con el coronavirus hace que surjan dudas sobre si estamos ante un nuevo “COVID-19”. Esteban lo descarta, aunque reconoce que puede generar confusión: “A diferencia del coronavirus, el chikungunya se transmite exclusivamente a través de la picadura de mosquitos infectados, no de persona a persona. Eso limita su capacidad de contagio masivo, pero no significa que debamos bajar la guardia”.
La responsable de Salud Pública subraya la importancia de avisar de inmediato a las autoridades sanitarias en caso de sospecha de infección. Esa colaboración ciudadana, afirma, es esencial para que el virus no logre asentarse en nuestro país.
Actualmente, no existe un tratamiento específico ni vacuna contra el chikungunya. Las recomendaciones pasan por medidas de prevención muy concretas: usar repelentes, llevar ropa ligera que cubra brazos y piernas y evitar acumulaciones de agua donde los mosquitos puedan reproducirse.
La experiencia con la pandemia del COVID-19 ha dejado una lección clara: la anticipación es la mejor herramienta frente a una amenaza sanitaria global. Por eso, Sanidad insiste en que mantener la vigilancia activa y la colaboración ciudadana será clave para que el chikungunya no se convierta en un nuevo problema de salud pública en España.