Adiós después de 30 años tras el mostrador del paraíso del cómic en Vigo
Ángeles Díaz se siente abrumada por las muestras de cariño que está recibiendo

Vigo - Publicado el - Actualizado
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La han llamado la heroína sin capa, la alma mater del cómic vigués o la superheroína del cómic. Y todo sobrenombre parece poco para Ángeles Díaz, la mujer que hace 30 años descubrió a miles de lectores en la ciudad un mundo infinito de posibilidades cuando abrió las puertas de Cómic Vigo, que comenzó llamándose Norma Cómic.
El nombre de Ángeles está estos días en boca de mucha gente porque, con dolor, se jubila forzada por el paso de los años, aunque lo hace si no con amargura, sí con pena. "Me voy. Es ciclo de vida. Me ha llegado este momento de edad y lo tengo que dejar a m i pesar porque me gustaría seguir, la verdad. Me gusta el cómic , es mi vida, mi vida de 30 años ahí, y me ha costado darme la vuelta y salir de la tienda", explica.
Detrás del mostrador en el que se apoya un busto de Hulk o al que sobrevuela el Halcón Milenario, ya no está Ángeles con sus camisetas del Flash Gordon o de Songoku. Pero la tienda continúa abierta, mientras Ángeles no para de recibir reconocimiento de sus clientes.

"Lo que me abruma es toda esta gente que de repente me ha encumbrado. Yo hice mi trabajo, no más. Me abruma porque digo: caramba, yo solo trabajé, no tengo más mérito que ese. Y estoy en este momento muy emotiva. No doy crédito", afirma.
una pionera
Ángeles evitó a los lectores de cómic en Vigo tener que desplazarse a ciudades como Madrid, donde entonces se podían encontrar muchas más cosas de las que había en la ciudad gallega. "Fue una apuesta a tirarse por un precipicio. Sabíamos que podría ser el futuro, que este mundo empezaba y tenía que seguir porque a nosotros nos gustaba mucho y si nos gustaba tanto no podía quedarse ahí", rememora.
En 30 años cualquiera puede vivir momentos inolvidables, momentos que sirvan para resumir toda una carrera tras el mostrador, pero Ángeles tiene claro que en su caso, esos momentos fueron todos, sin excepción.
"Abrir la puerta y que el cliente se allegara con sus pies a mi tienda, yo eso lo valoro mucho y siempre he dicho que el mejor cliente es aquel que cuando quiere un título viene a mi tienda y me pregunta si lo tengo. Y sabe que puede haberlo en otras partes", señala.
Si a ella, que ha leído cómics desde siempre, le pides una recomendación te dará un largo y especialmente selecto listado. Pero no duda que al cómic que más cariño guarda es al primero que compró: Mafalda. Después, la lista no dejaría ya nunca de crecer. Y lo seguirá haciendo, pero a partir de ahora Ángeles leerá cómics en su casa y por la que fue su tienda durante tres décadas pasará a buscarlos. Pero qué menos que reconocerle el mérito incalculable que, como librera, le corresponde por haber llevado a tantas casas cómics que en su momento eran muy difíciles de conseguir en la ciudad.