Las empresas del sector de la pizarra han expresado su preocupación por el aumento que se ha constatado en diferentes suministros y servicios, como los precios de la electricidad, el transporte marítimo y el combustible, lo que amenaza su competitividad.

La actividad de la pizarra genera en Galicia unos 2.400 empleos directos -la mayor parte de ellos en la comarca ourensana de Valdeorras- y 10.000 inducidos.

Desde el Clúster da Pizarra de Galicia, su presidente, Víctor Cobo, señala que el sector facturó 345 millones de euros en 2020, pero “el aumento que se ha producido en los costes comienza a poner en peligro el futuro de las empresas”.

Las subidas afectan a casi todos los proveedores. Así, en comparación con el año 2020, el precio de la energía se ha incrementado en un 100%; los carburantes han subido un 45%; el aluminio, un 50%; los plásticos un 40%; la madera, un 28%; los explosivos, un 40% -y se prevé que la subida llegue al 50%-; y los repuestos, un 10%. Y el sector advierte que esos incrementos no siempre se pueden repercutir en el cliente final, ya que, en algunos casos, existen contratos cerrados que lo impiden.

Una gran parte de la subida de la factura eléctrica, según apuntan desde el Clúster, está ligada al consumo de la tecnología y de la maquinaria instalada en los últimos años para aumentar la seguridad de los trabajadores y disminuir los riesgos de contraer enfermedades laborales. Las empresas asociadas aseguran que estos costes no se van a reducir, porque priorizan la seguridad de sus trabajadores.

Otro de los incrementos que afecta al sector de la pizarra es el de los precios de logística y transporte. La mayor parte de la pizarra gallega, un 95%, se vende a países como Francia, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Irlanda y Estados Unidos, y los fletes de transporte marítimo en Europa y en el resto del mundo se ha incrementado, en algunos casos, hasta en un 300%. Ello implica que, en muchos casos, se han duplicado los plazos de entrega de la mercancía, particularmente en mercados transoceánicos. Además, la subida de los fletes hace que, en determinados casos, se prefiera utilizar otros materiales, como teja o zinc, competidores directos de la pizarra gallega.

“Si no somos capaces de trasladar los incrementos al mercado, las cuentas de resultados de las empresas pizarreras podrían verse seriamente afectadas”, advierte Víctor Cobo.