El relato del ganadero gallego que lo perdió casi todo en Monterrei: “Salí con mi mujer en el tractor rezando por los animales”
El ganadero Juan Carlos Atanes, de Monterrei, en Ourense, lo perdió casi todo en el incendio que arrasó su granja. Aun así, logró salvar su vida y la de sus 31 terneras, en una huida desesperada entre fuego y humo.

Juan Carlos es un ganadero que vio muy de cerca la muerte
Santiago - Publicado el - Actualizado
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Juan Carlos Atanes, ganadero de Guimarei, en Monterrei (Ourense), lo perdió casi todo en el incendio forestal que arrasó gran parte de su granja. El fuego devoró el pajar, maquinaria y la estructura principal, pero milagrosamente, las 31 terneras que tenía listas para el matadero lograron sobrevivir. Su testimonio, en COPE Galicia, es un retrato del horror y la resiliencia del rural gallego.
“El fuego se metió dentro y arrasó media granja”
Atanes relató cómo el fuego se coló dentro de su explotación, propagándose desde las alpacas al tejado y afectando gravemente la nave principal.
“El pajar quedó inservible y la estructura de la granja muy dañada, aproximadamente la mitad”, explicó.

Los bomberos durante las labores de extinción del incendio que afecta este miércoles al municipio de Monterrei
La única opción ahora, dice, es desescombrar y empezar de cero, aunque con dudas sobre si será posible por razones económicas y familiares.
Pérdidas de hasta 40.000 euros
Sin tiempo aun para hacer un balance detallado, el ganadero estima que ha perdido entre 30.000 y 40.000 euros entre maquinaria, estructuras y herramientas agrícolas.
“Ardió una segadora de 10.000 euros, un remolque… Todo quedó reducido a cenizas”, lamenta.
Sin embargo, lo material pasó a un segundo plano cuando se enfrentó a una amenaza aún mayor: la posibilidad de perder la vida o a sus animales.
“Cuando salimos, el fuego nos rodeaba”
Juan Carlos y su mujer estuvieron a punto de quedarse atrapados. Lograron salir en un tractor a ciegas, entre llamas y humo.
“Hice 600 metros sin ver nada. Solo sabía por dónde iba porque conocía el camino. El tractor casi vuelca, pero logramos salir”, contó con la voz aún emocionada.
Tras escapar, volvió a las dos horas, cuando todo ya había ardido y se derrumbó al ver a sus animales vivos, esperándolos en la puerta de la granja.
“Lloré como un niño. Verlas allí, sanas, después de dar todo por perdido… Fue una mezcla de alegría y tristeza que no sé explicar.”
Solidaridad desde toda España
Tras el desastre, Atanes está recibiendo una ola de apoyo emocional y material, con envíos de forraje incluso desde Cáceres.
“Estoy en una nube. Me han llegado 40 rollos de paja, amigos que me traen camiones enteros, la asociación Agromuralla… Me siento sostenido por un ejército de amigos y conocidos.”
También agradece la respuesta de la Xunta de Galicia, que ha comenzado a distribuir alimentación de emergencia para el ganado afectado.
Dudas sobre el futuro: “No sé si arrancar de nuevo”
A sus 45 años, Juan Carlos se plantea si podrá reiniciar la actividad. Tiene un hijo que empieza la universidad este año, y la economía familiar está muy tocada.
“Voy a esperar a ver qué ayudas da la Xunta o el Gobierno. Si son suficientes, quizá lo intente. Si no, tal vez sea el final.”
“Estuvimos cinco días jugando al escondite con el fuego”
El fuego no solo afectó su granja. Durante cinco días, las llamas amenazaron también la casa familiar, la vivienda de sus padres, e incluso la granja de su hermana.
“El fuego parecía jugar con nosotros. Un día venía por un lado, otro por otro. Llegó hasta las casas, pero logramos salvarlas”, recordó.

Cita para la medicina bovina
Aunque no se atreve a afirmar rotundamente si han sido fuegos provocados, Atanes sí cree que las condiciones eran la “tormenta perfecta”: vegetación seca por la primavera lluviosa, una intensa ola de calor y viento fuerte.
El caso de Juan Carlos Atanes resume el drama que vive el rural gallego ante incendios cada vez más intensos. Pide ayuda, pero sobre todo, que no se olvide a los que siguen luchando por mantener viva la vida en el campo.