Si hablásemos en términos futbolísticos, la Ganadería Rey de Miñotelo, ubicada en la parroquia de San Martiño da Aguarda, en el municipio lucense de A Pastoriza, sería sin lugar a dudas un equipo de élite, uno de esos que cada año compite por los principales títulos en los campeonatos domésticos e incluso en el ámbito europeo, con la particularidad de que, en su caso, es capaz de brillar entre los mejores y los trofeos acaban casi siempre en sus vitrinas.

A sus 32 años, Alberto Iglesia tiene ya una dilatada experiencia en concursos de ganado de raza frisona, en los ámbitos nacional e internacional. En el año 2017 ya logró en Italia el título al segundo mejor criador europeo de terneras y novillas para su explotación. Además de los éxitos cosechados en esa especie de Champions ganadera, pocos rivales son capaces de hacerle frente en el campeonato gallego. Su palmarés es envidiable y difícilmente repetible. A este paso tendrá que ampliar sus instalaciones para acomodar las vitrinas en las que guarda sus trofeos.

En los últimos años ha conseguido ocho veces el título de Vaca Gran Campeona en el concurso regional de frisonas -los últimos se celebraron en Muimenta, Silleda y Santa Comba- y en el que se celebra en la localidad de Muimenta, en la Moexmu, parece no tener rival, con siete victorias en la misma categoría.

Mucho trabajo detrás...

Por supuesto, algo así no es fruto de la casualidad. Los éxitos llegan como consecuencia directa del trabajo bien hecho. Para presentar a una vaca con opciones de ganar a uno de esos concursos de ganado hace falta "tiempo de preparación, mucho esfuerzo y mucha constancia". Nos lo cuenta Alberto Iglesia, a pocos días de que se celebre el concurso de ganado de la Moexmu, que tendrá lugar en Muimenta los días 5, 6 y 7 de abril.

"Las vacas de concurso están separadas de las otras durante los 365 días del año. Consumen una comida diferente, con mucha fibra, para que se vean muy abiertas de costillas, pero al mismo tiempo muy finas. Además, les damos pienso alto en proteína, para que no engorden, pero den mucha leche", explica Alberto.

Son animales excepcionales. "Las vacas que van a concurso son las que más leche dan de la explotación", aclara, y son "capaces de producir más de sesenta o setenta litros al día".

"Peluquería" y "manicura"

Además de ser muy buenas, tienen que parecerlo. "Para tenerlas bien preparadas hay que lavarlas bastante veces antes. Se trata de que vayan cogiendo brillo y tengan el pelo bien limpio para que luzcan en la pista el día del concurso", nos dice Alberto.

También hay que peinarlas, con cepillos adecuados y la ayuda de un secador de mano. "Se les levanta el pelo" en determinadas zonas "para corregir posibles defectos" y que su morfología se vea lo más perfecta posible, de modo que la puntuación de los jueces sea también elevada. Por supuesto, también se le presta mucha atención al cuidado de sus patas y pezuñas.

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Alberto está orgulloso de su ganadería y se nota que vive su trabajo con pasión. En todo caso, encaja los halagos con humildad. Al recordarle la colección de premios que atesora su explotación, se limita a responder: "Sí, los últimos años se han dado bastante bien".