La primera cata transversal realizada a los pies de la Muralla romana de Lugo, en este caso con motivo de las obras de peatonalización de A Mosqueira, ha permitido la obtención por parte de los arqueólogos de nueva información sobre el foso y la cimentación de la antigua estructura defensiva de Lucus Augusti.

El teniente de alcalde de Lugo, Rubén Arroxo, acompañado por el edil de Infraestruturas Urbanas, Alexandre Penas, visitaron a los equipos de arqueólogos que están terminando de realizar las citadas catas en la zona de A Mosqueira, la única parte de la Muralla en la que todavía puede verse el segundo nivel de la estructura defensiva y cuyos arcos representan una imagen icónica de la ciudad.

Arroxo destacó la importancia de esta excavación, porque ha “permitido ampliar los conocimientos sobre la cimentación de la Muralla y la documentación” sobre el monumento en ese “tramo”.

“Se trata de la primera vez en la que se realiza una cata transversal en la Muralla, lo que les ha permitido a los arqueólogos contar con una aproximación muy real sobre la estratificación de la zona y el inicio del foso”, añadió.

De hecho, los trabajos realizados demuestran que la Muralla de Lugo contaba con un sistema defensivo de unos 60 metros de ancho, que incluía un foso de unos 25 metros; un 'intervallum', o ronda interior, de 9 metros; un lienzo de siete metros y 6 metros de cubo.

Además, fueron halladas también canalizaciones, lo que demostraría la existencia de agua en el foso, con una profundidad de cuatro o cinco metros.