El inicio del juicio del Alvia, previsto para este miércoles, remueve todos los recuerdos en Angrois, la pequeña población en las afueras de Santiago de Compostela que vio como descarrilaba el tren el 24 de julio de 2013.

A todos se nos heló la sangre al conocer la magnitud del accidente, pero ellos, los vecinos de la zona, lo vieron con sus ojos y es imposible que puedan olvidarlo. Eran las nueve menos veinte y Santiago se preparaba para unos fuegos del Apóstol que no se llegaron a lanzar. No hubo conciertos, ni hubo verbena sino ambulancias y servicios de emergencia contando cadáveres.

El resultado fue el peor accidente de tren de las últimas décadas, con 80 muertos y 144 heridos.

Andrés, vecino del barrio: "ainda que viva 80 anos mais non o esquezo"

Andrés es vecino de Angrois y lo que vivió aquella noche y los días siguientes no se le olvidará nunca.

"Calquera non se acorda, nin se esquece máis. Teño 80 anos e ainda que viva outros 80 non o esquezo", explica a Cope. Los días siguientes, una vez pasados los momentos de adrenalina, fueron los peores para él.

"Foron peor pasados dous días. Empecei a encontrarme mal e debeu de ser polo accidente que houbo aí", recuerda.

También Pilar vive en la zona. En el momento del siniestro regentaba un bar y cuando oyó el ruido del descarrilamiento creyó que se había caído un camión, ya que la autopista pasa también muy cerca del barrio.

"Cando sain a fora, temblou a casa, e díxenlle ó marido que debera de caer un camión da autopista abaixo".

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El juicio por el accidente empieza este miércoles en la Ciudad de la Cultura.

Hay dos acusados, el maquinista, Francisco José Garzón, y el jefe de seguridad de ADIF cuando se inauguró la vía, Andrés Cortabitarte. La fiscalía pide 4 años de prisión para cada uno de ellos.

¿Claves del juicio? La justicia va a tener que determinar con los testigos, los expertos y las pruebas si la culpa del accidente fue del maquinista que se despistó con una llamada telefónica y llevaba exceso de velocidad o si hay responsabilidad también de la administración por diseñar una curva como la del descarrilamiento y no obligar a que los trenes tuviesen obligatoriamente sistema de frenado automático para eliminar el riesgo de error humano.

Las víctimas denuncian negligencias en la gestión de la vía

La vista oral va a alargarse durante más de seis meses. ¿Cómo están las víctimas? ¿están preparadas para un proceso tan largo?

Jesús Domínguez, por ejemplo, iba en el tren cuando descarriló. "Yo resulté gravemente herido y estuve consciente hasta que me pudieron sacar, fue una imagen dantesca", cuenta en Cope Galicia.

Jesús preside la plataforma de afectados y espera que en el juicio queden en evidencia posibles negligencias. Cuando se decidió, por ejemplo, que circulasen trenes sin sistema de frenado automático.

El juicio del Alvia, desde mañana y hasta la próxima primavera en la Ciudad de la Cultura, en Santiago. En Angrois la verja que separa la zona de viviendas de la vía del tren sigue repleta de mensajes de recuerdo a las víctimas, ramos de flores y banderas de España.