Moeche llora la muerte de Miguel Vilela, el panadero de la eterna sonrisa, como lo catalogaban algunos de los que lo conocían. De los hornos de su negocio, situado en el lugar de Vilariño, en la parroquia de Abad, han salido miles de kilogramos de pan y de todo tipo de dulces, además de empanadas.

Miguel Vilela ha fallecido este jueves a los 87 años, tras protagonizar un negocio familiar con su esposa, Maruja, y que iniciaron hace más de seis décadas, que continúan ahora su hija y marido y en el que también está presente su nieta, María Méndez, portavoz del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Moeche y que siempre ha tenido una gran complicidad con su abuelo.

Además de elaborar los mejores panes, Miguel Vilela también sabía lo que era conseguir el trigo, ya que durante algunos años era habitual que saliera a realizar las tradicionales “mallas” en las que los vecinos de cada lugar acudían en verano a realizar esta labor comunitaria.

A Miguel Vilela también le gustaba el mundo ganadero y por ello también se dedicó a la compra y venta de vacas tanto en Moeche como en municipios de la zona, como As Somozas y Cerdido.

Pero sobre todo ello, este octogenario siempre ha tenido una cara alegre y una buena palabra para todos aquellos que se acercaban a departir con él, en donde tanto gente joven como hombres y mujeres de su “quinta” aseguran que Miguel era para ellos el panadero de eterna sonrisa.

Sus restos mortales están en el tanatorio San Lorenzo, en Ferrol, de donde partirán a las 15,30 horas de este viernes, 12 de enero, en dirección al cementerio de Abad.