Los trabajadores de la empresa Poligal han protagonizado en la mañana de este miércoles una sonora pitada ante las instalaciones de los juzgados de Ferrol en el día y a la hora que estaba previsto que se celebrara en esta sede una vista por la demanda presentada hace meses por este colectivo, reclamando que se ejecutara una sentencia que obligaba a la dirección de la compañía a realizar inversiones por un valor de seis millones de euros en la planta situada en el polígono de A Gándara, en Narón (A Coruña), dedicada a la fabricación de film de polipropileno para el sector de la alimentación.

Los operarios, que están amenazadas de despido, al haber solicitado la empresa concurso de acreedores y un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo para todos ellos, se han desplazado a la sede situada en la calle Coruña con bocinas de aire, silbatos y otros objetos con el fin de generar un gran ruido.

Uno de los delegados del comité de empresa, Bernardo Cabezal (CIG), ha traslado que su presencia ante la sede judicial ha sido “para reivindicar la falta de inversión en Narón, ya que había comprometido un plan de viabilidad para invertir seis millones de euros, para asegurar el futuro de la empresa, pero sin embargo optaron por llevar 40 millones de euros para Polonia, cerrar nuestro centro de trabajo y mandarnos a todos a la calle.”

ADMINISTRADOR CONCURSAL

El representante sindical también ha traslado que por el momento no han tenido ningún contacto con el administrador concursal, y que “sabemos que está nombrado, dijo la semana pasada que esta se pasaría por Narón y ya nos ha convocado para un primer encuentro, este jueves, 21 de marzo, a las 12,30 horas en la sede de la empresa”.

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Además, el próximo viernes, 22 de marzo, los trabajadores de Poligal se desplazarán hasta A Coruña, a la sede del IGAPE, para constituir la mesa propuesta por el conselleiro de Economía, Empleo e Industria, Francisco Conde, para tratar de buscar algún inversor y así evitar el cierre de esta planta.

En esa jornada se cumplirá un mes desde que la empresa trasladó su intención de cerrar las instalaciones situadas en la comarca de Ferrolterra, el 22 de febrero, en donde Cabezal ha destacado que “de ánimos estamos bien, continuamos acudiendo a diario y según el turno que nos correspondería al puesto de trabajo, en esa movilización continua que mantenemos, y entre unos y otros intentamos seguir tirando para adelante”, ha sentenciado.