La Alcaldesa del Casar de Cáceres hospitalizada por un conflicto con una vecina
La popular Marta Jordán sufre un trastorno de ansiedad generado por un caso que cuestiona los límites de la violencia política y el acoso a los cargos públicos.

Marta Jordán
Badajoz - Publicado el
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La primera edil de la localidad cacereña del Casar de Cáceres, Marta Jordán, se encuentra hospitalizada a causa de la ansiedad generada por un prolongado conflicto vecinal. La hospitalización del la política cacereña es el consecuencia del desgaste extremo que puede suponer la vida pública cuando traspasa la línea de lo admisible. La situación, según detalla un comunicado oficial emitido por la propia regidora, se arrastra desde diciembre de 2023. Lo que comenzó como una dinámica de supuesta ayuda municipal —la alcaldesa asegura haber asistido a la ciudadana “incluso en asuntos que no son competencia municipal”— degeneró en una pesadilla de amenazas e insultos..
Jordán relata en su misiva el esfuerzo por separar su labor institucional de los ataques personales, una dicotomía que ha terminado por quebrar su equilibrio. El proceso judicial se abrió entonces como la única vía para atajar una situación que se revelaba como imparable. El procedimiento legal, sin embargo, no ha logrado atajar la raíz del problema. Un primer juicio culminó con una orden de alejamiento y una sanción económica para la vecina denunciada. Un segundo procedimiento permanece en diligencias previas. Pero la tensión, lejos de amainar, no ha dejado de agravarse.
Un vaso colmado
La gota que ha colmado el vaso de la resiliencia de la alcaldesa ha sido una tercera denuncia, interpuesta en las últimas horas, ante el temor fundado por su integridad física y la de su familia. El nivel de estrés ha exigido una intervención médica urgente. El impacto en la vida de Jordán es devastador. “Esta situación me impide acudir a mi trabajo con normalidad y vivir con la tranquilidad que cualquier persona merece”, afirma con una contundencia que desnuda la vulnerabilidad tras la autoridad. Sus palabras en el comunicado pintan el retrato de una mujer atrapada entre dos identidades: la de madre protectora, cuyo instinto primordial y natural es salvaguardar a los suyos, y la de alcaldesa comprometida, empeñada en no defraudar a la ciudadanía que la eligió. Un conflicto en el que el ámbito privado se convierte en campo de batalla.
La respuesta institucional y de seguridad es tan clara como sobrecogedora. Siguiendo las recomendaciones de su abogado y de la jueza instructora del caso, Marta Jordán no estará sola. A partir de ahora, su figura irá siempre acompañada por una custodia compuesta por la Policía Local y la Guardia Civil. Esta medida, sin precedentes en la vida municipal de esta modesta y apacible localidad, subraya la gravedad de la situación y transforma su día a día en una sucesión de actos vigilados, un recordatorio constante de que la seguridad no puede darse por sentada.
Esta situación me impide vivir con la tranquilidad que cualquier persona merece
Alcaldesa del Casar de Cáceres
El caso plantea preguntas incómodas sobre el coste personal de la dedicación pública, sobre los nuevos frentes de violencia —psicológica, insistente, desgastante— que deben afrontar los cargos electos y sobre los límites de la paciencia institucional. Su comunicado no es solo un parte médico; es un grito desde el límite, una reivindicación del derecho a la paz de quienes, tras aceptar el peso de la responsabilidad, se encuentran luchando una guerra en dos frentes: el político y, lo que es más crucial, el humano