Las joyas también necesitan vacaciones: ¿cómo cuidarlas en verano?
El joyero valenciano advierte de los peligros del cloro, el salitre y los cosméticos sobre las piezas más delicadas, especialmente las perlas y los brillantes

Valencia - Publicado el
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Con la llegada del verano y el aumento del uso de joyas en eventos, celebraciones y días de playa, llega también el momento de prestar más atención a su mantenimiento. Así lo ha explicado Argimiro Aguilar, joyero de confianza en la calle Colón número 41 de Valencia, en su intervención semanal en Mediodía COPE Más Valencia, donde ha ofrecido valiosos consejos sobre cómo proteger nuestras piezas más preciadas durante los meses más calurosos.
“Las joyas no son para tenerlas guardadas, hay que lucirlas. Pero ojo, en verano hay que tener un cuidado especial porque son piezas delicadas”, ha advertido Argimiro. El experto recuerda que el verano es una de las épocas del año en la que más daño sufren las joyas, sobre todo debido al uso continuado del agua, los cosméticos y la exposición solar.
Uno de los mayores enemigos de las joyas, según Argimiro, es la piscina. “El cloro es letal para las perlas. Se meten en el agua y luego, cuando llegan después del verano, están opacas, sin brillo, feas”, lamenta. El joyero recuerda incluso el caso de una clienta que introdujo un collar de perlas australianas —valorado en más de 24.000 euros— en una copa de champán durante Nochevieja: “A la mañana siguiente, las perlas estaban mortecinas, sin oriente, sin vida”.
Afortunadamente, muchas de estas piezas pueden recuperarse. Aguilar aclara que con productos especializados y la ayuda de un buen pulidor se pueden devolver a su estado original. “Todo tiene arreglo, absolutamente todo”, afirma.
El mar tampoco es buen aliado para algunas piezas. “El agua del mar ataca al rodio que recubre el oro blanco y acaba dañando los brillantes”, ha explicado. Aunque sorprendentemente, las perlas sí toleran el agua salada: “Están en su hábitat natural”, asegura Aguilar, quien advierte, sin embargo, de no combinarlas con jabones o perfumes porque su porosidad hace que absorban olores y productos químicos.
Además del agua, otros agentes que deterioran las joyas son los cosméticos. “El maquillaje, los perfumes o las colonias generan una capa grasa que impide que los brillantes reflejen bien la luz”, detalla. Una de las propiedades de los diamantes es precisamente su capacidad de reflejar el brillo, pero si están cubiertos de productos cosméticos, pierden su efecto. “Nos lo traen y dicen que no brillan. Los limpiamos y, de repente, parece otra joya”, añade.
Por todo ello, el consejo de Aguilar es claro: prevenir antes que lamentar. No meterse en el mar o la piscina con joyas valiosas, evitar el contacto con cremas o colonias y, si hay dudas, acudir siempre a un joyero profesional. Y si el daño ya está hecho, no entrar en pánico. “Todo se puede recuperar si se actúa a tiempo”, concluye.
Y para quienes busquen asesoramiento o necesiten una revisión, Argimiro Aguilar sigue en su ubicación habitual: calle Colón número 41, en pleno centro de Valencia. Un lugar de confianza donde cada joya encuentra una segunda vida.