Un punto y gracias

Esta vez, el factor Mestalla no sirvió como principal argumento para ganar. Llegaba el Valencia a la cita acumulando cuatro victorias consecutivas en su estadio, al que había convertido en un fortín en la segunda parte del campeonato y que, gracias a ello, le había servido para tomar distancia con el temido descenso.

Pero esta vez la imagen del equipo fue, la de en tantas ocasiones durante el campeonato, tan tedioso para la hinchada valencianista. La puesta en escena nos dibujó a un Valencia sin vigor, adelantando la presión a campo rival sin presionar. Con una circulación de balón lenta y con poco movimiento en la parte ofensiva. Un equipo previsible al que, además, con muy poco le hacen mucho daño.

La Real Sociedad llegó a Mestalla con 10 bajas (ocho lesionados y dos sancionados) y, a pesar de ello, siempre tuvo claro su idea de juego. Dificultar la salida de balón local, emparejar marcas en tres cuartos de cancha, recuperar y atacar con velocidad. Los hombres de Alguacil dominaban la escena, pero a la media hora de juego, el colegiado señaló penalti por manos en el área visitante. Carlos Soler, que había anotado seis tantos desde los 11 metros y solo había errado uno, la mandó fuera. Acto seguido, Guevara aprovechó la endeblez defensiva valencianista para adelantar a los suyos con un disparo desde la frontal. Al filo del descanso, Isak agrandaba la herida con el segundo tanto para los donostiarras. De nuevo la fragilidad defensiva local salió a relucir, con Jaume Doménech acompañando con la mirada un disparo cruzado del sueco. 0-2 al descanso, y otra pitada que se ahorró el Valencia debido a la ausencia de público.

Lejos de cambiar las cosas en la segunda mitad, fue la Real Sociedad la que siguió asediando las inmediaciones del área rival. Sin embargo, la fortuna sonreiría al Valencia. En una acción fortuita dentro del área, Isak pisó a Paulista y Pizarro Gómez consideró la pena máxima. Soler le cedió el testigo a Wass que esta vez sí, consiguió anotar desde el punto de penalti. 1-2 y más de media hora por delante.

En un partido en el que no pasaba nada, volvió a pasar algo para el Valencia. Otra acción a balón parado que terminó con un centro preciso de Guedes y un gran remate de Paulista para empatar el encuentro. Ver para creer: dos disparos entre palos del Valencia, dos goles. Hasta el final del partido, ambos equipos tuvieron más miedo a perder el punto que ganas de sumar de tres.

A destacar, la expulsión de Maxi Gómez. Primero, vio amarilla por golpear en el aire a un rival. En la protesta de esa acción, el colegiado le sacó la segunda y expulsó al delantero uruguayo. 11 partidos consecutivos lleva sin marcar, con un comportamiento y una aportación, más que cuestionable.