Fue el martes 10 de marzo y ya se veía venir la hecatombe. Sin público, sin pasión y con mucha preocupación se jugó el último partido de competición oficial en la Comunitat y, además, de infausto recuerdo. La eliminatioria entre Atalanta y Valencia CF nunca debió haberse disputado. Por razones obvias. Pero se celebró y acabó con el equipo che fuera de la Liga de Campeones al ser apeado por el conjunto 'neroazzurro' en los octavos de final.

Ya entonces se tenía la sensación de que éste podía ser el partido que pusiera el punto y aparte ante el comienzo de una crisis jamás vista. Y así está siendo. De momento ha transcurrido un mes desde aquello y no se vislumbra, por ningún lado, una reanudación cercana de las competiciones profesionales.

El Valencia debería haber jugado contra el Levante UD, Real Madrid y Osasuna

En todo este tiempo, el Valencia CF debería haber jugado haber jugado tres partidos, porque hay que recordar que en este tramo había parón para los compromisos de las selecciones internacionales. Levante UD y Osasuna deberían haber pasado por Mestalla y los de Albert Celades haber visitado el Santiago Bernabéu.

Dos días después de aquel choque de Champions (el 12 de marzo) fue cuando se decidió que LaLiga quedaba paralizada y que, por tanto, la primera jornada que quedaba suspendida era la 28ª, que era la que deparaba, entre otros partidos, el derbi de la capital del Turia al que el Valencia CF llegaba a cuatro puntos del cuarto clasificado, tras haber ganado únicamente un partido de los últimos ocho disputados, contabilizando las tres competiciones, pero sin conocer la derrota en Liga como local.