El pueblo azul de Valencia que te transporta a Marruecos sin salir de España: una joya por descubrir que recuerda a Chefchaouen
A menos de una hora de Valencia, esta localidad ofrece un viaje a través de la historia, la naturaleza y una sorprendente estética mediterránea que evoca al norte de África

Imagen del Barrio Mudéjar-Morisco «Arrabal» de Chelva
Valencia - Publicado el - Actualizado
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En el interior de Valencia, Chelva se erige como un tesoro patrimonial. Sus calles entrelazan el legado de cristianos, judíos y musulmanes en un entorno natural privilegiado.
Un mosaico de culturas
El casco antiguo de Chelva fue declarado Bien de Interés Cultural por su singular entramado de barrios que reflejan la convivencia de las tres grandes culturas medievales. El barrio andalusí de Benacacira conserva su trazado laberíntico, con calles encaladas y recovecos que evocan su pasado. A pocos pasos, se encuentra la judería del Azoque y, sobre todo ello, la impronta cristiana que, tras la Reconquista, levantó nuevos edificios sin destruir la esencia anterior. Este crisol de civilizaciones ha forjado una identidad única en la comarca de Los Serranos.
El azul que evoca a Marruecos
El sorprendente color azul de algunas de sus calles recuerda a la ciudad marroquí de Chefchaouen, generando una estampa inesperada en el interior valenciano. Sin embargo, esta elección cromática no responde a una tradición histórica documentada en Chelva, sino a una decisión estética más reciente de los vecinos para embellecer el entorno, inspirándose en la arquitectura de otros pueblos mediterráneos. Aunque sea una coincidencia visual, el resultado es un ambiente exótico y fotogénico que se integra a la perfección con la herencia morisca del barrio.
Pasear por Chelva es como leer un libro de historia a cielo abierto"

Imagen del Barrio Mudéjar-Morisco «Arrabal» de Chelva
El misterio del pueblo azul
El color azul no es una casualidad. La tradición cuenta que se usaba para ahuyentar a los mosquitos y proteger las casas del calor. Con el tiempo, esta práctica convirtió a Chelva en “el pueblo azul de Valencia”, ofreciendo una estampa que evoca la atmósfera de los pueblos del Magreb.
Naturaleza y senderismo
El entorno natural de Chelva es otro de sus grandes atractivos, al estar enclavada en el Parque Natural del Alto Turia, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Para los amantes del senderismo, la famosa Ruta del Agua ofrece un recorrido circular que conecta fuentes y manantiales. Aunque parte del trazado resultó dañado por la DANA de 2024, algunos tramos se han reabierto, como la impresionante senda que lleva al acueducto romano de Peña Cortada, una joya de la ingeniería antigua con espectaculares vistas al barranco.

Imagen del Barrio Mudéjar-Morisco «Arrabal» de Chelva
Patrimonio a cada paso
El patrimonio de Chelva va más allá de su trazado urbano. La Iglesia Arciprestal de Nuestra Señora de los Ángeles está considerada una de las cumbres del barroco valenciano, con una fachada y un interior profusamente decorados que sobrecogen al visitante.
Otro punto de interés es el refugio antiaéreo de la Guerra Civil, excavado en la roca, que ofrece un viaje a un pasado más reciente. Además de su herencia monumental, el pueblo vibra con eventos culturales como el festival de narración oral "Cuentantón", que llena sus plazas de historias y magia cada año, consolidando a Chelva como un destino vivo y dinámico.
La visita no estaría completa sin degustar la gastronomía local. Platos contundentes como la 'olla chelvana', con alubias, patata, acelgas, y productos del cerdo, o el gazpacho serrano, reflejan la tradición de la comarca. Los embutidos artesanales y los dulces como los 'rollicos' de anís son el broche de oro para una escapada que combina cultura, naturaleza y buen comer en el interior de la provincia de Valencia.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.