Ya estuvo hace años la trashumancia de la mano de la turolense Ganadería Robres, pero de un modo fijo tocaba irse hasta hace más de 2 décadas, hasta ahora. El Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca vuelve a acoger ganadería de forma fija gracias al proyecto “Naturaleza Pastoreada” impulsado por la Fundación Global Nature y en colaboración con el ayuntamiento de Torreblanca y ganaderos locales.

Un proyecto piloto que se lanza en 9 puntos en todo el país. Nos lo presenta la técnico de la Fundación Global Nature Sonia Fernández: "Naturaleza Pastoreada es un proyecto público, que empezó en octubre de 20222 y acaba en octubre de 2025. Tiene como objetivo el poner el pastoreo como una actividad necesaria para la conservación de la naturaleza, lucha contra el cambio climático y recuperación económica. Hacemos 9 pilotos en toda España, 3 la Comunitat Valenciana. En el Prat serán 2, uno en la zona de Torreblanca y otro en Cabanes".

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Esta Naturaleza Pastoreada no busca únicamente el fomento de una ganadería que a veces parece muy encerrada en sus propios terrenos, sino que también busca cuestiones que pueden ayudar a este tipo de parajes protegidos como son la limpieza ante especies invasoras, la prevención contra incendios o la salvaguarda de la flora y fauna autóctona: "Con este proyecto queremos que vuelva la ganadería extensiva al Prat, porque es una actividad que ha desaparecido durante las últimas 2 décadas, antes era completamente normal, y queremos que vuelvan los animales porque es una actividad que genera mejoras a nivel económico y social, también ayuda a crear franjas de discontinuidad, lo que son cortafuegos naturales contra los incendios. Además, se alimentan de carrizo y juntos y dan paso a otra vegetación que ayuda a una mayor biodiversidad de flora y dan paso a la aparición de otros invertebrados, que atraen además a la estabilidad de aves. Las vacas tienen una gran repercusión a nivel ambiental".

16 reses en la primera fase

Para ello, eso sí, es necesario un agente principal: los animales. Y ha resultado vital la colaboración de un ganadero local. Él es Alberto Garrido, que va a ser el encargado en vigilar estas vacas cuando ocupen esa parte del Prat. Nos ha explicado el propio Garrido cómo recibió la oferta de participar en el proyecto: "Tengo la ganadería a menos de un kilómetro de el Prat, los anteriores propietarios pastoreaban allí y cuando me lo propusieron y decidí ayudarles, porque antes era mucho más bonito que ahora".

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Una vez dentro, tocaba elegir las reses participantes. Son poco menos de una decena, y presentan estas características: "Estas vacas son perfectamente aclimatadas, son de raza pirenaica, tienen buena boca. Están acostumbradas a comer comida dificultosa y se han adaptado perfectamente al Prat. Hemos empezado con 8 hectáreas y esperamos que puedan estar en más superficie. Tengo 400 cabezas y de momento hemos puesto 16".

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Plan director en análisis

Un objetivo que también presentan desde Global Nature. De momento, Sonia Fernández está pendiente de cómo va a ir este primer año para conseguir unos resultados que valdrán para calibrar su impacto: "Este proyecto se hace siguiendo la línea de un plan técnico de manejo ganadero, que nos marcha la carga ganadera permisible. Son 2 vacas por una hectárea. A través del piloto queremos ver si esto que se ha redactado es acorde con la realidad, porque es el primer plan de este tipo que se ha redactado para una marjal a nivel nacional. Después de este primer año, en el que tendremos los primeros resultados, haremos propuesta de reforma y mejora de dicho plan si vemos que hay algo que modificar".

Por cierto, para aquellos senderistas o curiosos que vayan a visitar el parque natural, que estén tranquilos. Las vacas están en su terreno bien vallado y son dóciles, así que no hay problema en poder visitarlas.