Medio año después de que se cerrarán las escuelas, hoy comienza el curso educativo. 94.427 estudiantes de la provincia inician unas clases marcadas por la pandemia de la Covid-19 y lo hacen pese a las recomendaciones de no juntarse en reuniones o espacios más de 10 personas; en cambio, en los habitáculos de los centros se llegará a los 25 alumnos por aula, además de su profesor e incluso un refuerzo.

Y el esfuerzo realizado por los docentes es el que permite el regreso a las aulas ya que Educación y la Generalitat Valenciana han dejado en sus manos los planes para diseñar la vuelta a los colegios, adoptando las medidas de precaución que se consideren necesarias, pero eso si, sin que los maestros tengan conocimientos o formación sanitaria.

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Aunque de forma general se han repartido dos mascarillas para cada estudiante y gel hidroalcohólico, éste no ha llegado en suficiente cantidad y se le ha solicitado a las familias que los alumnos lleven su propio gel para realizar la correspondiente higiene de manos.

Ésto lleva a que hay padres que están más o menos tranquilos ante las medidas adoptadas; pero hay otros que preferirían no llevar a sus hijos a clase. También hay algún centro, por ejemplo en la capital castellonense, donde se ha llegado a amenazar a los profesores para que hoy no abran el centro al incrementarse, durante los últimos días, los contagios de Covid-19 en su barrio.

En el instituto Álvaro Falomir de Almassora, la presidenta de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos, Marián Bermúdez, explica a COPE que "hay tranquilidad relativa" y es que pese a que se siguen "a rajatabla los protocolos, tranquilo al 100% nunca se está".

Eso si, señala que "los niños, los adolescentes, necesitan volver al colegio; necesitan la educación y necesitan volver a socializar" y ante la posibilidad de que a lo largo del curso tengan que dar las clases en sus casas por la aparición de contagios, advierte que "no se puede volver a repetir el empastre que fue la tele educación durante el confinamiento".