Así, desde el pasado viernes ya son varias las que han retomado la producción, mientras que otras siguen aún a la espera, especialmente en L'Alcora, donde los festivos se alargan hasta hoy. Eso sí, la velocidad y cantidad no está siendo la misma a la de hace un mes, y es que el descenso de la demanda va a suponer también un cambio en este punto.

Según indican desde ASCER, se espera un avance progresivo de la producción durante los próximos meses, una recuperación que eso sí alertan será muy lenta. Y es que hoy por hoy gran parte de los mercados se encuentran cerrados o con baja demanda, y sólo el control del Covid-19 puede ayudar a ir aumentando los pedidos.

Desde la patronal además alertan que “el sector se está viendo amenazado en mercados internacionales como Estados Unidos o la Unión Europea por otros productores internacionales que no han tenido que parar su fabricación”.

Junto a ello, el reencendido de las máquinas ha llegado también con el refuerzo de las medidas sanitarias para asegurar la salud de sus empleados. De cara a ello, ASCER ha acordado con los sindicatos UGT y Comisiones Obreras la ratificación del documento “Plan de continuidad frente al coronavirus SARS-CoV-2” de aplicación en la industria cerámica fabricante de baldosas cerámicas. Este documento constituye un compendio de las medidas que las empresas cerámicas han implantado hasta la fecha y tienen previsto adoptar para afrontar la alarma sanitaria provocada por el COVID-19 en material de salud y prevención de los trabajadores.

El documento ha sido elaborado por UNIMAT Servicio de Prevención, con el apoyo y supervisión tanto de ASCER como de las organizaciones sindicales. Las medidas resultan muy similares a las que ya se impulsaron al inicio del estado de alarma, haciendo hincapié en evitar el contacto en lo máximo posible entre trabajadores, por ejemplo cerrando espacios comunes, así como un control sanitario riguroso.

Sobre ello, algunas empresas han dado un paso más, como por ejemplo Pamesa, que ya está realizando pruebas de detección del coronavirus a la entrada de su planta de producción.

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Y junto a todo esto, ASCER mantiene su exigencia al gobierno de dotar de mayor liquidez al sector, ya sea con bonificaciones fiscales u otro tipo de medidas, de cara a poder asegurar su continuidad, mientras algunas empresas ya formalizan sus respectivos ERTEs, que en algunos casos ya se ha confirmado se alargarán como mínimo hasta el 31 de julio.

Mientras llegan las ayudas nacionales, algunos ayuntamientos ya han empezado a moverse. Por ejemplo el de Onda, que ha concedido la bonificación del 50% de Impuesto de Actividades Económicas a siete empresas del sector cerámico que utilizan la cogeneración. Un total de 7 empresas de la localidad se podrán beneficiar de este acuerdo que se aprobará en pleno extraordinario el miércoles, y que se realizará de manera telemática.

El lado más solidario también se ha vuelto a dejar notar estos días por parte de algunas empresas. Es el caso de Porcelanosa, que repartirá en las próximas semanas 1.400 pantallas protectoras, 16.000 mascarillas quirúrgicas y 16.000 batas sanitarias impermeables al Hospital de La Plana de Vila-real, al Hospital Vithas Rey Don Jaime, al Hospital Provincial de Castellón, a la Policía Local de Vila-real y al Hospital de campaña de Ifema de Madrid, así como realizará una donación de 25.000 euros.

Y cerramos con una noticia positiva relacionada también con el turismo. Y es que la ciudad de Castellón formará parte de la European Route of Ceramics del Consejo de Europa tras ser aceptada como primera ciudad española integrante de esta ruta cultural cuyo principal objetivo es revalorizar y acercar a la ciudadanía el patrimonio cultural europeo vinculado a la producción de la cerámica. De esta manera, la capital de la Plana, y más concretamente la ruta que se puede realizar visibilizando el uso de la cerámica en fachadas, edificios y usos urbanos durante los años, se une a esta Ruta Europea de la Cerámica que, desde su creación en 2011, ya acoge a otras 5 ciudades: la italiana Faenza, la francesa Limoges, la holandesa Delft con su Museo Princenhof y desde Alemania Höhr-Grenzhausen y Selb con el Museo Porzellanikon.