Las lluvias continúan en Alicante, ahora también con barro
El agua caída hasta ahora alivia la sequía del campo, pero la calima amenaza con teñirlo todo de marrón

Jorge Olcina, director del Observatorio Meteorológico de la Universidad de Alicante: "Las precipitaciones seguirán esta semana y llegarán con lluvia de barro".
Alicante - Publicado el
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Después de un invierno seco, muy seco, la provincia de Alicante se encuentra ahora en plena semana de precipitaciones, con acumulaciones que han superado los 280 litros por metro cuadrado en algunos municipios de la Marina Alta. Además, se espera un fenómeno meteorológico que dará mucho de qué hablar: la llegada de polvo sahariano que convertirá la lluvia en barro.
Uno de los efectos más destacados del temporal este fin de semana ha sido el sobrevertido del embalse de Isbert, ubicado en el término municipal de La Vall de Laguar. Las fuertes lluvias del domingo provocaron que el embalse alcanzara un pico de 7,7 metros cúbicos por segundo de caudal en el río Girona.
Según fuentes de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), el aviso sobre esta situación se dio sobre las 23 horas, cuando el agua comenzó a salir de manera controlada. Afortunadamente, la situación se ha dado por normalizada sin incidencias graves.
Datos de lluvias: La Marina Alta, la gran protagonista
Las precipitaciones han sido especialmente intensas en la Marina Alta, donde varios municipios han registrado acumulaciones récord de agua como es el caso de la Vall d'Ebo con 284 litros por metro cuadrado, seguida de la Vall de la Gallinera que ha llegado a los 160 litros por metro cuadrado. En otras localidades de la comarca como Pego, Sagra, l'Orxa, Orba y la Vall de Laguar, se han rondado los cien litros por metro cuadrado.
Pese a la gran cantidad de lluvia caída en pocas horas, el suelo está absorbiendo bien el agua, lo que supone un alivio para la sequía que afecta a la comarca.
Lluvia de barro: la calima entra en escena
Pero las lluvias no vienen solas. Los expertos advierten de una nueva irrupción de polvo en suspensión, lo que hará que las precipitaciones de los próximos días lleguen cargadas de barro.
Este fenómeno, conocido como calima o polvo sahariano, se produce cuando fuertes vientos levantan partículas de arena del desierto del Sahara y las transportan a través del Mediterráneo. Cuando esta nube de polvo coincide con lluvias, las gotas de agua arrastran las partículas y generan el temido "chaparrón marrón", dejando calles, coches y fachadas teñidas de barro.
El episodio de lluvia intensa ha pasado, pero "seguiremos esta semana con inestabilidad y esa lluvia, a partir del miércoles o jueves, irá acompañada de barro debido a vientos que llegan del sur", explica Jorge Olcina, director del Observatorio Meteorológico de la Universidad de Alicante.
Un respiro para la sequía, pero con efectos secundarios
Pese a la incomodidad que genera la lluvia de barro, la llegada de estas precipitaciones supone un respiro para los embalses y la agricultura, que han estado en una situación crítica por la falta de agua en los últimos meses.
Los agricultores destacan que esta lluvia ha sido bien absorbida por la tierra, lo que beneficiará a los cultivos y podría ayudar a recuperar los niveles de agua subterránea. "Esperamos que siga lloviendo toda la semana, lo que servirá para dar un riego a todo el campo y que los cultivos de secano puedan salir adelante, después de dos años en los que la producción se ha visto seriamente afectada", explica José Vicente Andreu, presidente de la organización agraria ASAJA en Alicante.
Mientras tanto, los ciudadanos ya se preparan para una semana de limpieza extra en coches, balcones y terrazas debido al barro en suspensión.
Conclusión
La provincia de Alicante ha vivido un inicio de semana marcado por la Dana, con lluvias intensas que han hecho sobrevertir embalses como el de Isbert y han acumulado más de 280 litros por metro cuadrado en algunas zonas de la Marina Alta. Sin embargo, el agua traerá consigo un fenómeno menos agradable: la lluvia de barro, provocada por la entrada de polvo sahariano en la atmósfera.
La buena noticia es que, tras meses de sequía, el suelo está absorbiendo bien las precipitaciones, lo que supone un alivio para los embalses y el campo.