Carmelo del Pozo no será el nuevo director deportivo del Hércules. Los accionistas han vuelto a golpear duramente la moral del herculanismo y han sido incapaces de concretar la llegada de un profesional del fútbol, con prestigio y con capacidad para sacar al equipo del agujero en el que lleva ya seis temporadas seguidas. De poco ha servido rozar la tragedia del descenso a Tercera División. Apenas ha habido autocrítica después de la peor temporada de la historia y la sensación es que las cosas siguen como estaban.

Una vez más la intromisión del socio de Ortiz en aspectos deportivos ha alertado a Carmelo del Pozo, que finalmente, y contra lo que le pedía el corazón, ha declinado regresar a Alicante. Desde el primer día, Carmelo se llevó una sensación negativa en su viaje de regreso a A Coruña, donde todavía reside. Esa cita cara a cara con los accionistas hace diez días le dejó con una conclusión muy clara: Ramírez seguía con la misma fuerza en el club. De hecho, una de las consignas de Ortiz era que Carmelo debía rendir cuentas casi a diario a Ramírez de cualquier negociación o cualquier paso que diera en el club. Y para el segoviano, la autonomía y la libertad en la toma de decisiones era fundamental, innegociable, mucho más que el dinero de un buen contrato. El modelo de club y el método de trabajo tenía que estar cristalino y ahí empezaron las divergencias a la hora de plasmarlo en un documento.

Quique Hernández trató de convencer a Carmelo durante los últimos días, pero la libertad que le prometía el presidente no se ajustaba a las conversaciones que seguía manteniendo con los accionistas. Ortiz y Ramírez se han ganado a pulso la desconfianza del herculanismo y también de todo el fútbol español. Este paso atrás también ha desgastado y ha dejado tocado al presidente, Quique Hernández, que tenía depositadas muchas esperanzas en que desde el primer día se hicieran las cosas bien y se encomendara el proyecto a alguien como Carmelo.

Ahora, el club trabaja en la búsqueda de un plan B, pero el daño ya está hecho. Miguel Melgar (Fuenlabrada) es uno de los que gustan.