Hay dos zonas muy concretas en la capital en las se está viendo mucha más policía de la habitual. En estas últimas horas se ha incrementado la vigilancia y la presencia de agentes en los alrededores del Congreso. Si se pasa cerca de Carrera de San Jerónimo es posible encontrarse con unas vallas que impiden el paso entre Cedaceros y la plaza de Neptuno o en el tramo de la calle Zorrilla que va entre Cedaceros y el Paseo del Prado. El Congreso se blinda por el pleno de investidura de Pedro Sánchez -doble sesión mañana y pasado que te contaremos en detalle aquí en COPE.

El otro punto es la calle Ferraz, donde noche tras noche se concentran cientos de personas para protestar por la ley de amnistía pactada entre el PSOE y los independentistas catalanes, algo que afecta en una gran medida a los dueños de bares y restaurantes de la zona. Desde primera hora de la mañana se puede ver una cantidad anormal de policía en toda la calle.

Al ser una zona muy cercana a la calle Princesa hay varios locales a los que la gente sé acerca a cenar y a tomar algo después de trabajar, algo que desde que empezaron estas protestas está siendo imposible. Los locales de la calle Ferraz están teniendo que cerrar antes, por lo que están perdiendo toda esa clientela de las mejores horas.

La opinión de los hosteleros

Los trabajadores de estos locales nos contaban que habitualmente cierran "alrededor de las 12 de la noche", pero que ahora, debido a las manifestaciones, tienen que bajar sus cierres sobre "las seis o las siete". Otro camarero nos contaba que les está afectando mucho porque "aunque tengan abierto no pasa nadie porque la calle está cortada".

Otros restaurantes de calles cercanas que no están cortadas no están obligados a cerrar, pero el ambiente que están teniendo en sus locales es muy distinto al que están acostumbrados, algo que creen que les perjudica, por lo que están deseando que la situación vuelva a la normalidad.

Los bares de Ferraz notan que baja la facturación, pero la otra cara de la moneda es que en otras calles cercanas como por ejemplo la calle Quintana está recibiendo más clientes de lo habitual. En estas calles aledañas hay otros locales que lejos de ver su facturación perjudicada están viendo como sube. Nos explicaban que estos días hay más afluencia de gente que de costumbre, y que eso al final es una oportunidad de negocio.

Los trabajadores de estos locales están notando diferencias en la manera de ver el efecto de estas protestas en la hosteleria, aunque lo que está claro es que, de una manera u otra, están afectando a los bares y restaurantes de la zona.