La brecha generacional en la democracia: solo el 36 % de los hombres jóvenes la prefiere como sistema de gobierno

Una encuesta del ICIP destapa la desafección de los hombres de 18 a 24 años por el sistema democrático, una cifra muy lejana a la media de la población catalana

El estudio del ICIP vuelve a dibujar un perfil marcadamente liberal y cercano a los postulados de la extrema derecha para un grupo significativo de hombres jóvenes

El estudio del ICIP vuelve a dibujar un perfil marcadamente liberal y cercano a los postulados de la extrema derecha para un grupo significativo de hombres jóvenes

José Miguel Cruz

Barcelona - Publicado el

5 min lectura

Solo un 36 % de los hombres de entre 18 y 24 años considera que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno. Este dato, extraído de una encuesta publicada este martes por el Institut Català Internacional per a la Pau (ICIP), revela una profunda brecha generacional y de género si se compara con las mujeres de la misma edad, donde el apoyo alcanza el 45 %, y especialmente con la media de la población catalana, que respalda mayoritariamente el sistema democrático con un 64 %. El estudio, realizado a partir de 2.763 encuestas entre junio y julio con un nivel de confianza del 95 %, también confirma tendencias de sondeos anteriores: casi un tercio de los hombres jóvenes cree que existe una desigualdad que perjudica a los hombres y que la violencia machista es un invento del feminismo.

Un perfil cercano a la ultraderecha

El estudio del ICIP vuelve a dibujar un perfil marcadamente liberal y cercano a los postulados de la extrema derecha para un grupo significativo de hombres jóvenes, una tendencia que ya han apuntado otras encuestas demoscópicas en los últimos años. En concreto, un 24 % de los hombres en esta franja de edad está en desacuerdo con la afirmación de que, pese a sus problemas, la democracia es el mejor sistema de gobierno. Además, un 23 % se muestra indiferente, sin posicionarse ni a favor ni en contra de esta premisa, lo que sumado al grupo anterior evidencia una notable desafección democrática.

más de un 50 % de las personas encuestadas sí considera que el sistema democrático es preferible a cualquier alternativa

más de un 50 % de las personas encuestadas sí considera que el sistema democrático es preferible a cualquier alternativa

Esta tendencia también se observa, aunque de forma menos acentuada, entre las mujeres de la misma edad, donde menos de la mitad apoya firmemente la democracia. En contraste, en el resto de las generaciones, más de un 50 % de las personas encuestadas sí considera que el sistema democrático es preferible a cualquier alternativa, lo que subraya la singularidad de la visión de los más jóvenes.

Las percepciones sobre la igualdad también muestran una polarización extrema. El 36 % de los chicos menores de 25 años opina que existe una desigualdad de género en perjuicio de los hombres, mientras que solo un 31 % cree que esta perjudica a las mujeres. Estos porcentajes se invierten por completo entre las chicas de su edad: un 46 % afirma que la brecha desfavorece a las mujeres y solo un 24 % cree que perjudica a los hombres, cifras mucho más alineadas con la media de la población catalana.

Asimismo, la encuesta revela que la creencia de que la violencia machista es un invento del feminismo se dispara entre los hombres jóvenes, alcanzando el 27 %, más del doble que el 12 % registrado en el conjunto de la ciudadanía. En esta misma línea, el 60 % de este colectivo considera que el feminismo está perjudicando las relaciones normales entre géneros, y un alarmante 54 % sostiene la idea de que "algunas mujeres presentan denuncias falsas por beneficio propio". Estas cifras descienden hasta el 36 % y el 41 %, respectivamente, si se analiza a la población general.

Algunas mujeres presentan denuncias falsas por beneficio propio"

El avance de las posturas autoritarias

La desconfianza en el sistema no se limita a una preferencia teórica, sino que se traduce en un apoyo a medidas autoritarias. Un 29 % del total de la ciudadanía estaría de acuerdo con limitar el derecho a voto argumentando la manipulación y el desconocimiento político generalizado. Más preocupante aún es que un 7 % de la población desearía un dirigente fuerte que estuviera por encima de la ley, una cifra que escala hasta el 12 % entre los hombres jóvenes.

El informe también detecta un deterioro en la cohesión social en comparación con la misma encuesta de hace dos años. Crece notablemente el porcentaje de personas que están de acuerdo con desahuciar a alguien que no puede pagar el alquiler, pasando del 24 % al 34 %. De forma similar, aumenta la aceptación de la violencia como método educativo: los que ven bien pegar a un hijo cuando se porta mal han pasado del 22 % al 29 %.

En cuanto a la inmigración, el 46 % de los encuestados opina que "los inmigrantes delinquen más que los autóctonos", un incremento de dos puntos respecto a hace dos años. Un porcentaje similar afirma que el país se ha convertido en un lugar peor para vivir por culpa de la gente que viene de otros países. Sin embargo, existe una contradicción, ya que más de la mitad de la población, un 58 %, reconoce que los inmigrantes son buenos para la economía.

Los inmigrantes delinquen más que los autóctonos"

La percepción de inseguridad y el debate militar

La sensación de inseguridad ha crecido de manera generalizada. Un 72 % de los ciudadanos expresa que la seguridad ha empeorado en el último año a nivel mundial, una percepción que se mantiene elevada para Cataluña (64 %) y para el conjunto de España (61 %). Esta preocupación se materializa en que más de la mitad de los encuestados ven el tráfico de drogas, los robos o las ocupaciones de viviendas como algo habitual en su municipio.

Como respuesta a esta percepción, las demandas de mano dura ganan terreno. Casi nueve de cada diez personas se muestran preocupadas por la delincuencia, dos de cada tres consideran que es necesario endurecer las penas y un 51 % es partidario de que se expulsen los migrantes que delincan. La confianza en las instituciones, por otro lado, se mantiene en niveles muy bajos, apenas superando el 4 sobre 10 para ayuntamientos, Generalitat y UE, y quedándose en un 3,5 en el caso del Gobierno español.

El debate sobre el gasto militar, avivado por la guerra en Ucrania, también refleja una sociedad dividida. Un 42 % de los catalanes se posiciona en contra de aumentarlo, frente a un 36 % que está a favor. No obstante, se observa un cambio de tendencia significativo, ya que hace tres años un 62 % consideraba excesivo el gasto militar del momento, mientras que ahora solo lo piensa un 30 % de la población. La sociedad se divide a partes iguales entre quienes apoyarían una intervención militar en países que pongan en riesgo la paz.

Finalmente, la encuesta señala que la creciente influencia de potencias como Estados Unidos (77 %), Rusia (76 %) o China (62 %) es percibida como un riesgo para la seguridad propia. A pesar del auge del militarismo, en todas las franjas de edad se sigue prefiriendo la cooperación internacional a la inversión militar para garantizar la seguridad global, aunque entre los jóvenes esta diferencia es considerablemente más reducida, cerrando el círculo de su particular visión del mundo.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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