La nueva ley del taxi en Barcelona expulsará a las VTC de la ciudad: "Seremos la única ciudad"
Xavier Cottet, de la Mesa de Movilidad, critica que la norma busca proteger a un sector en lugar de beneficiar al ciudadano, restringiendo opciones de transporte clave

¿Por qué Barcelona es la única ciudad de Europa que expulsará a las VTC?: así es la nueva ley del taxi
Barcelona - Publicado el
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La ciudad de Barcelona se encuentra en el centro de un intenso debate sobre su futuro modelo de movilidad. La Generalitat de Cataluña, a petición del Ayuntamiento de Barcelona, ha aprobado una nueva ley del taxi que, en la práctica, expulsará progresivamente a los vehículos de transporte con conductor (VTC) de la ciudad. Esta medida obliga a las plataformas como Uber y Cabify a operar a través de aplicaciones de taxi, una decisión que ha sido recibida con una profunda "decepción" por parte de la Mesa de Movilidad MOU-TE per Barcelona, que considera que la ley perjudica directamente al ciudadano. El vicepresidente de la mesa, Xavier Cottet, ha expresado su preocupación, afirmando que se ha priorizado la protección de un gremio sobre el bienestar y la libertad de elección de los barceloneses.
“Parece ser una ley más hecha a medida para proteger un sector que para proteger al ciudadano”.
El debate central, según los críticos, es si la legislación debe favorecer la competencia y la diversidad de opciones o blindar un servicio público tradicional. Xavier Cottet ha sido contundente al respecto: “Parece ser una ley más hecha a medida para proteger un sector que para proteger al ciudadano”.
Desde su perspectiva, la movilidad es un factor transversal que impacta en la productividad empresarial, el acceso a la vivienda, las oportunidades para los jóvenes y la atención a las personas mayores o con necesidades médicas. Por ello, considera que “todo lo que sea restringir la movilidad, nosotros creemos que es un error, que no es bueno para el ciudadano”.

Con la nueva ley del taxi las VTC irán desapareciendo progresivamente de Barcelona hasta desaparecer
Una guerra exclusiva de Barcelona
Una de las mayores incógnitas es por qué esta confrontación entre taxis y VTC ha alcanzado tal magnitud en Barcelona, a diferencia de otras grandes ciudades. “En otras ciudades del país y del mundo no hay ningún problema, conviven los dos”, explica Cottet. Pone como ejemplo Madrid, “donde hay mucha más libertad que en Barcelona, y no ha bajado el precio del taxi”.
La clave, según él, está en la diferencia de modelos: el taxi es un servicio público con precio regulado, mientras que las VTC funcionan con un algoritmo de precio libre basado en la oferta y la demanda, un sistema que ha demostrado ser seguro y efectivo a nivel global. Cottet lamenta que, tras múltiples reuniones, la única respuesta de la administración ha sido la de “proteger el taxi y regularlo todo”.
Esta situación destapa una mentalidad muy arraigada en la administración catalana y barcelonesa. “Hay una mentalidad muy fuerte en Barcelona y también en Cataluña de controlar todo lo que es lo público y no dejar nada a lo privado, y nosotros creemos que eso es un error”, ha sentenciado Cottet. Defiende que ciertos servicios, por su naturaleza, “solo los hará bien una empresa privada” y que impedir su funcionamiento va en detrimento del interés general y del propio ciudadano, que ve limitadas sus opciones para desplazarse.
“Hay una mentalidad muy fuerte en Barcelona de controlar todo lo que es lo público y no dejar nada a lo privado, y nosotros creemos que eso es un error”.
Impacto en el turismo y la vida nocturna
Las consecuencias de esta nueva ley se notarán en múltiples ámbitos. Cottet advierte del impacto negativo sobre el turismo, sector que representa entre el 20% y el 30% de la economía de Barcelona. “Muchos turistas llegarán a nuestra ciudad, al aeropuerto o al puerto y abrirán su móvil y estas aplicaciones que están en todo el mundo, aquí no las tendremos”, señala.
Esta contradicción es especialmente llamativa en una ciudad que presume de ser un referente tecnológico y acoge eventos como el Mobile World Congress. Además, la medida afecta gravemente a la seguridad en la vida nocturna, ya que limita las alternativas de transporte para los jóvenes que salen por la noche, sobre todo ante la conocida escasez de taxis en horario nocturno.
Paradójicamente, mientras se impulsa una ley para proteger al taxi, el Ayuntamiento de Barcelona ha tomado decisiones que perjudican directamente al sector. Cottet denuncia que se están eliminando paradas de taxi estratégicas, como la de los Jardinets de Gràcia, la de Via Laietana o las cuatro que existían en Las Ramblas. “No están trabajando tampoco a favor del taxi. El nuevo plan de movilidad tampoco está pensando en el taxi”, critica, describiendo la situación como “muy extraña”. Esta falta de coherencia genera incertidumbre entre los propios taxistas, que ven cómo se reducen los espacios destinados a su servicio.
¿Hay alternativas de transporte público?
La gran pregunta es si la red de transporte público de Barcelona puede absorber la demanda que dejarán las VTC. La respuesta de Cottet es un “no” rotundo. Barcelona, como capital de Cataluña y segunda ciudad de España, recibe a diario a una enorme población flotante que no siempre puede recurrir al transporte público por motivos de productividad, horarios o urgencias. La situación se agrava con más de 300 obras activas en la ciudad, que afectan a la circulación de autobuses, y proyectos como la transformación de la calle Balmes en un carril único de bajada. Cottet critica duramente el concepto de “la ciudad de los 15 minutos”, argumentando que no es una realidad aplicable para todos y que la administración sigue una política de “primero prohibir y después ya veremos qué servicios ponemos”.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.