Lamine Yamal hereda el 10 del Barça
El dorsal diez soporta una carga simbólica asociada enorme tras lucirlo Leo Messi.

Barcelona - Publicado el
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Cuando ves jugar a un equipo, el que sea, el futbolista que lleva el 10 en la espalda suele ser el bueno. Cuando los dorsales de los equipos iban del uno al once, el dorsal diez correspondía al del interior izquierdo. Y para jugar en esa posición un futbolista debe estar técnicamente bien dotado, tener desequilibrio, capacidad de asociación, llegada y a poder ser gol. Es un dorsal con peso, con aura y más en determinadas selecciones o equipos. Lo es en el Barça, sobre todo desde que lo llevó Maradona a principios de los ochenta y todavía más desde que lo lució durante muchos años Leo Messi, el mejor jugador de la historia del club y para muchos el mejor de la historia.
Hay dorsales 10 en la historia del Barça muy míticos y otros no tanto. Los más veteranos nos recordarán que el primer gran diez del Barça fue Luis Suárez Miramontes, el primer y hasta hace poco único Balón de Oro del fútbol español, futbolista de clase extra. Lo llevó durante años el capitán Juan Manuel Asensi, un pulmón no exento de calidad y con gol. Metió dos de los cinco goles del Barça en el Bernabeu en el 74 con el diez a la espalda. Es icónica la imagen de Maradona con la camiseta Meyba y el 10 en la espalda, de hecho es la primera que ha elegido Lamine Yamal para sugerir que lo va a recoger. Entre hepatitis y lesiones no fue lucida la etapa azulgrana del crack argentino. Sí brilló Romario que aunque jugaba de nueve llevó el diez. Delantero letal en el área, prometió meter treinta goles y treinta metió. Después llegaría la alegría y la magia de Ronaldinho que reunía todas las características que un diez debe tener. Y ya Leo Messi elevó el nivel del 10 como dorsal legendario en el Barça a la máxima potencia.
Ha habido que tirar de hemeroteca para recodar jugadores que también lucieron ese dorsal. Lo llevó Kubala en algunas ocasiones. Lo llevó Sotil. También futbolistas como Paco Martínez, el talentoso Joan Estella (debilidad personal) o el bullicioso 'boquerón' Esteban en la final de la Recopa del 82 del Camp Nou. Después de Maradona lo llevaron el escocés Steve Archibald a pesar de ser un nueve, el galés Marc Hughes que de fino estilista tenía poco y otro delantero centro como el inglés Gary Lineker. Lo llevaron Roberto Fernández, Amor, Eusebio y Guardiola en la final de Wembley 92. Lo llevaron Rivaldo y también Riquelme, un diez exquisito que llegó en el peor momento. Y ahora Lamine Yamal.