Los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana de l’Hospitalet de Llobregat han desmantelado un punto de venta y de tráfico de cocaína que se encontraba en un sótano ubicado en el barrio Pubilla Casas de la localidad. Este espacio estaba controlado por una cámara de videovigilancia ilegal.

La operación policial se llevó a cabo el pasado martes 30 de marzo y se saldó con un hombre de 21 años detenido como responsable del espacio. El arrestado fue acusado por un presunto delito contra la salud pública y también se le denunció por vulnerar la normativa en materia de protección de datos porque en el acceso de este sótano estaba vigilado por una cámara no autorizada.

La investigación empezó el pasado mes de diciembre cuando los agentes supieron que se había ocupado el sótano que ahora ha estado intervenido. Se comprobó que había una gran afluencia de personas consumidoras de drogas y que el detenido usaba el sótano para vender “basuco”, una substancia hecha con base de cocaína y adulterados.

Para poder llevar a cabo la operación se tuvieron que desplegar diferentes dispositivos previos para poder obtener todos los indicios necesarios para poder recoger datos que permitieran identificar al detenido. Los agentes han destacado que el hombre se movía de manera muy discreta y que prácticamente no se veía fuera del domicilio.

Con la investigación se supo que el sospechoso y algunas personas que lo ayudaban colocaron una pequeña cámara de vigilancia en la fachada del edificio donde se encuentra el sótano. Con esta instalación controlaban los movimientos de los vecinos y también podían detectar cualquier presencia policial.

Una vez recogidos todos los indicios, los agentes entraron y registraron el domicilio a finales de marzo. Gracias a este operativo se anuló el sistema de vigilancia y se pudo entrar en el edificio. Dentro del sótano se encontró a uno de los responsables de la venta de droga junto a ocho jóvenes consumidores, uno de ellos menor de edad. Los agentes aprehendieron la cocaína que ya estaba lista para su venta, una balanza electrónica y diversas armas blancas escondidas bajo un sofá como hachas, ganchos de carnicero y cuchillos.