Hoy se han conocido los datos del paro y, como se esperaba, las cifras son malas, equiparándose a las de los peores años de la anterior crisis. El número de desempleados de Valladolid aumenta en 2311 personas y se sitúa en 32.455, un incremento de un 7,67% y la provincia pierde 2.780 afiliados a la Seguridad Social respecto a febrero.

Todos los agentes reconocen que son cifras interpretativas, ya que muchos empleados en suspensión de actividad se han dado de alta en el Servicio de Empleo sin encontrarse técnicamente en paro. Es decir, cesan actividad pero siguen cotizando a la Seguridad Social, situación que los sindicatos definen como de “crisis productiva, pero no de cotizaciones”. Por eso, desde los sindicatos, se encajan las cifras como “coyunturales”. Nuria González, de UGT, afirma que “a medida que se vaya produciendo la recuperación en la actividad, deberán revertirse los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo y aumentar las contrataciones. Las cifras son malas, pero se producen dentro de un marco excepcional como es el Estado de Alarma”.

Por su parte desde CCOO, Fernando Fraile valora las cifras como “malas, pero defendemos las medidas tomadas por el Ejecutivo en materia de empleo durante la Alerta Sanitaria, que han evitado una destrucción masiva de puestos de trabajo”.

Los sectores a los que más duramente ha atacado el cese de actividad no esencial han sido construcción y servicios, mientras que la actividad relacionada con la sanidad ha experimentado una mejora en sus números. Del mismo modo, la agricultura y la ganadería se han comportado con normalidad, consolidándose como uno de los motores de la economía rural y el primer eslabón de la cadena de abastecimiento de productos esenciales.