El cese de actividad durante el Estado de Alarma que se va a extender como mínimo hasta mediados de abril no solo está haciendo mella en las grandes empresas. Son especialmente las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y los autónomos los que se están viendo golpeados por la paralización de diversos sectores, fundamentalmente la hostelería. La estimación es que tres de cada cuatro pequeños negocios no considerados como de “primera necesidad” se han dirigido a sus asesores de cuentas para acogerse a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs) por causa de fuerza mayor. Según datos oficiales, en Valladolid la cifra supera la 4.000 solicitudes afectando a más de 15.000 empleos. El total en la comunidad se acreca a las 20.000 solicitudes con más de 100.000 contratos contemplados.

Los ERTEs, tal y como están articulados, no suponen coste alguno para las empresas y garantizan la readmisión de los trabajadores una vez finalice el estado de alerta actual. Además, el subsidio al que tienen derecho los empleados no se descontará del total acumulado. También abundan los casos de pequeños negocios que están pactando el período vacacional es estas fechas con sus asalariados.

En las asesorías se trabaja ahora en poder dar servicio a sus clientes ante la llegada de la liquidación trimestral del IVA y el inicio de la declaración del IRPF, ya que muchas de ellas requieren de la aportación presencial de documentación por parte de los clientes. Aunque es una gestión que se puede realizar via telemática, los contribuyentes de mayor edad en el caso de la declaración y la dificultad de remitir al asesor las facturas y documentos para los autónomos no ayudan a su elaboración, ya que en muchos casos los profesionales administrativos se encuentran trabajando de forma remota desde sus domicilios.