Las carreterasde Castilla y León cierran el mes de julio con 7 fallecidos en accidentes de tráfico, once menos que los contabilizados en el mismo mes del año pasado según los datos de la Dirección General de Tráfico.

La reducción del 21 por ciento de los accidentes ha sido por autopistas y autovías, sin embargo, en el resto de vías interurbanas no ha habido ningún tipo de descenso y la mortalidad ha sido prácticamente igual a otros años.

Analizando los datos con el experto en seguridad vial Javier López, si finalmente se implanta el pago en este tipo de vías, se prevé que los conductores utilicen con mayor frecuencia las carreteras convencionales. En este aspecto, López añade: “en 2023 la cuarta parte de los accidentes son en autopistas y autovías y el 75% de los fallecidos han sido en las carreteras convencionales”.

Por otro lado, durante los años de pandemia, los accidentes disminuyeron pues se redujo el movimiento por carreteras, a pesar de esto, López aclara:“la movilidad era mucho más reducida pero los accidentes eran mucho más graves”.

En Castilla y León, la carreteras que más preocupan a Javier López es la N-122: “tiene más de 170 fallecidos desde los años 90 y no se ha realizado ninguna actuación ni ningún estudio exhaustivo de seguridad vial”, por lo que insiste que debería hacerse algo.