María Polo es una bióloga madrileña de raíces sorianas. Después de muchos años en el extranjero, María decidió regresar a sus orígenes en Vildé, en la provincia de Soria, y retomar la actividad pionera de su abuela, Conchita Jiménez, una emprendedora de los años 70 que puso en marcha la primera piscifactoría de la provincia.

Conchita traía las huevas de Estados Unidos en avión y consiguió vender sus truchas en bodas aunque con los años el negocio comenzó a decaer y finalmente desapareció.

María y su marido decidieron retomarlo hace unos años repoblando las diez piscinas con alevines de trucha arco iris que pueblan el paraje Fuente de San Luis entre Vildé y Gormaz.

María Polo recuerda hoy, en este 8M día internacional de la mujer, a su abuela Conchita que probablemente no fue consciente de su valentía y de los pasos que estaba dando en favor de la igualdad. "Creo que estaría muy orgullosa pero no se hasta qué punto ella era consciente del trabajo que estaba haciendo, abriendo camino a tantas otras mujeres para que hoy estemos mejor que antes", asegura su nieta que espera que "ojalá nos esté oyendo desde algún sitio y orgullosa del trabajo de todas nosotras".

María cree que hemos avanzado desde los años 70 en los que emprendió su abuela pero "todavía queda mucho camino por recorrer".

Sin duda María ha tenido muy presente el ejemplo de su abuela y no cree que el hecho de ser mujer le haya perjudicado a la hora de emprender de manera que anima a ser valientes y a dar un paso al frente.

Esta emprendedora asentada en Soria cree firmemente en el medio rural y está convencida de que está lleno de oportunidades. Además valora por encima de todo haber podido regresar al medio rural y haber podido criar a sus hijos en este entorno.

Después de recibir el pasado verano el Premio de Excelencia a la Innovación en la actividad pesquera o acuícola por reorientar la piscifactoria que heredó de su abuela, afronta el futuro con ilusión y preparada por los altibajos que han venido y los que estén por venir.