La Junta de Castilla y León estudia la ampliación del embalse de Santa Teresa para atender las demandas de los pueblos de la zona del Canal de la Armuña y de los agricultores de regadío.

El cambio supondría la transformación total de entre 24.000 y 25.000 hectáreas de secano en regadío. En la primera fase de transformación ya se han convertido más de 6000 hectáreas a lo que habría que sumar otras 16.000 en la segunda. En este cambio también jugaría un papel importante la balsa de la Armuña, Teodoro López Sierra de la comunidad de regantes explica para Cope Salamanca que esta idea se podría llevar a buen término si hay entendimiento entre los gobiernos. Las alternativas serían utilizar el reculaje del pantano de Santa Teresa o aprovechar el agua directamente desde las montañas.

La capacidad de la balsa está a un gran nivel, supera el 80%. Cabe recordar que en esta zona sus grandes bazas son la patata y el maíz. Toda el agua que no es capaz almacenar el pantano termina en el mar, por lo que se pierde y el agua es dinero. Estos cambios revierten en la riqueza de los pueblos y de los productores de alimentos, imprescindibles para la sociedad.

Por su volumen de 496 millones de metros cúbicos, el embalse de Santa Teresa es el segundo más grande de todos los que el estado ha construido en la cuenca del Duero. Situado al sur de la provincia de Salamanca, cumple una misión fundamental en la regulación del río Tormes, que nace en la sierra de Gredos y desemboca en el Duero después de atravesar las comarcas del Campo Charro, Tierra de Alba y Campo de Ledesma, además de cruzar la capital salmantina.

El embalse de Santa Teresa permite el riego de unas 65.000 hectáreas, además de garantizar el abastecimiento de agua potable a numerosas localidades, entre las que se encuentra la ciudad de Salamanca. En sus aguas claras y frías está permitida la práctica de una amplia variedad de deportes náuticos, incluyendo la navegación a motor, se encuentra al lado del pueblo de Salvatierra de Tormes.