El VIH ya no es una condena: "Los pacientes pueden llevar una vida completamente normal"

Hace décadas, la palabra SIDA era sinónimo de muerte, especialmente durante los trágicos años 80 y 90. Hoy, en el marco del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA que se conmemora cada 1 de diciembre, la realidad es radicalmente distinta. Gracias a la información y, sobre todo, a los avances médicos, la percepción de la enfermedad ha cambiado. Así lo confirma la doctora María Antonia Sepúlveda, de la unidad de enfermedades infecciosas del Hospital Universitario de Toledo, quien asegura que, aunque la enfermedad no ha desaparecido, los tiempos en que era una sentencia mortal han quedado atrás.

Una enfermedad crónica bajo control

La clave de este cambio reside en la eficacia de los nuevos fármacos. "Aunque no podamos curar la enfermedad, se ha convertido en una enfermedad crónica como puede ser una diabetes", explica la doctora Sepúlveda. Este control permite a los pacientes abandonar la idea de una muerte inminente y afrontar su condición de una manera completamente nueva.

Se ha convertido en una enfermedad crónica como puede ser una diabetes"

Actualmente, los pacientes disponen de tratamientos orales muy efectivos que, con una sola pastilla al día, consiguen que la carga viral sea indetectable. Esto tiene una implicación fundamental: el paciente no transmite la infección. Además, desde hace unos dos años existe la opción de un tratamiento intramuscular que se administra cada ocho semanas con la misma eficacia, ofreciendo una alternativa basada en las preferencias del paciente.  No todas las personas con VIH desarrollan SIDA, especialmente si reciben tratamiento. El VIH es el virus que ataca las células inmunitarias, pero el SIDA es la enfermedad que resulta del daño grave que el virus causa al sistema inmunológico. 

Una vida absolutamente normal

La doctora es tajante al afirmar que los pacientes pueden hacer una vida "absolutamente normal". Uno de los ejemplos más claros se da en las parejas serodiscordantes (donde un miembro tiene VIH y el otro no), que pueden tener hijos sin problemas. "Los pacientes pueden tener hijos y sin ningún tipo de problema", subraya.

Los pacientes pueden tener hijos y sin ningún tipo de problema"

También se desmonta el mito de que los pacientes con VIH tienen siempre la inmunidad alterada. La condición de SIDA solo se declara cuando los linfocitos CD4 bajan de un umbral de 200 o aparecen enfermedades oportunistas. Un paciente con VIH en tratamiento no necesita más cuidados que la población general, más allá de mantener su protocolo de vacunación actualizado.

El estigma y la prevención, los retos actuales

A pesar de los avances médicos, la batalla social no está ganada. "Lamentablemente, los pacientes en las consultas nos siguen contando que tienen estigma, tanto a nivel laboral como a nivel social", confiesa Sepúlveda. Este miedo provoca que muchas personas afectadas por el VIH todavía teman hablar abiertamente de su condición.

En cuanto a las vías de contagio, el perfil ha cambiado. Si en los años 90 la transmisión principal en España era por el uso de drogas por vía parenteral, en la actualidad el mecanismo de transmisión predominante es la vía sexual. El grupo de mayor riesgo son los hombres que tienen sexo con hombres.

Por ello, el mensaje de la experta para la población es claro: "Si uno tiene sexo sin protección, tiene más riesgo de poder adquirir la infección por el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual". Ante esta situación, recomienda buscar consejo en el sistema sanitario, donde existen programas de prevención y la posibilidad de un diagnóstico temprano. Identificar la infección a tiempo es clave para poner el tratamiento, evitar el deterioro del sistema inmune y, en definitiva, "poder llevar una vida normal".