La lucha de Jacobo, un guardia civil retirado por un accidente, que quiere volver a trabajar: “Me dicen que soy un inútil”

La vida de Jacobo cambió en diciembre del año 2020, un grave accidente de bicicleta le produjo lesiones en la médula espinal y le postraron en una silla de ruedas.

Jacobo Barchín es natural de la localidad conquense de San Clemente, aprobó las oposiciones de Guardia Civil y fue destinado a Mutxamel, en Alicante. Allí tuvo ese accidente que le cambió la vida por completo.

Este conquense recuerda ese fatídico día “estaba practicando una de mis aficiones, que era el ciclismo, y en el momento que menos te esperas tienes una mala caída con la mala pata de ser una lesión medular, incompleta menos mal, porque sí que tengo algo de sensibilidad y de fuerza motora, pero la verdad es que te cambia la vida por completo”.

Ahora tiene 34 años, y desde hace casi cuatro años, Jacobo ha intentado con todas sus fuerzas volver a servir al instituto armado pero ha encontrado muchos problemas, porque le han dado la incapacidad permanente. “Mis facultades cognitivas, los miembros superiores y tronco está intacto. Yo sé que puedo seguir ejerciendo otro tipo de funciones, con otro rol, lógicamente no en seguridad ciudadana, pero puedo seguir haciendo de cosas dentro de la Guardia Civil y a mí me encanta mi trabajo y quiero seguir demostrando mi validez de lo que soy capaz. Sé que puedo aportar todavía mucho”.

INUTILIDAD PARA EL SERVICIO

Para el Ministerio de Defensa la intención de Jacobo no ha bastado. “En el mes de octubre del año pasado el Ministerio de Defensa me manda definitivamente a retiro, me dicen que soy un inútil para prestar servicio”.

A este guardia civil esto no le ha impedido seguir luchando, decidió hacer público en redes sociales su caso, incluso con la Asociación Unificada de Guardias Civiles estuvo en el Congreso y en el Senado. “Ahí todo fueron promesas y todo fueron buenas palabras y después de tres meses, la sorpresa es que la semana pasada, cuando me contestan a este recurso, me lo vuelven a desestimar. Entonces, pues se nos queda un poco cara de tontos de que nos han tomado otra vez el pelo”.

LA LUCHA CONTINUA

Jacobo nos contaba que queda otra vía, “con la contestación a este recurso, desestimándolo, la vía administrativa ya ha quedado agotada. Y ahora pues tenemos que recurrir a la vía judicial e iremos a los juzgados centrales de lo contencioso en Madrid”.

Este conquense mandaba un mensaje “se nos llena al final la boca de inclusión, de igualdad, y ves que luego a la hora de la verdad, pues todo eso queda en papel mojado. Son palabras vacías, panfletismo barato, que no lo llevan a cabo. Y al final, para las personas con discapacidad, lo más duro no son las barreras físicas, las barreras de las propias instituciones, de las administraciones públicas, que son los que más traban en nuestro día a día”.