Un guadalajareño triunfa en la carrera 'más exigente del mundo' de Mountain Bike

Jesús Mínguez acaba de regresar de la Titan Desert de Marruecos con las piernas cansadas, el orgullo henchido, el corazón lleno y el objetivo solidario cumplido

Javier Herrero

Madrid - Publicado el - Actualizado

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A Jesús siempre le ha gustado el deporte. Tanto que ha hecho de ello su trabajo escribiendo en el diario AS y cuando llega a casa, además de dedicarle tiempo a su familia, coge la bici, práctica su pasión y se apunta a carreras.

Fue en una de ellas donde conoció a Silvia González, la otra protagonista de esta historia y la pieza del puzzle que hizo que, por fin, este guadalajareño se decidiera a correr la que para muchos es la carrera más dura de Muntain Bike en el mundo, la Titan Desert. "Ya le había echado el ojo y me lo había pensado alguna vez, pero por fechas nunca cuadraban", quién le iba a decir que hace unos pocos meses recibiría una llamada para proponerle unirse al equipo 'Aural Ejemplos de Superación', un proyecto alrededor de Silvia, paciente oncológica que en noviembre de 2023 (hace solo 6 meses), consiguió vencer al cáncer. Para recuperarse de su enfermedad y del autotrasplante de médula se propuso hacerlo a base de pedaladas, pero no unas pedaladas cualquiera, las más duras del mundo, las de la Titan.

"Todo encajó, y lo vi claro, me apunté con ellos y me puse a entrenar". La preparación de Jesús ha acabado dando sus frutos y ha conseguido ser uno de los 427 campeones de la carrera. Oficialmente solo hay uno, el ciclista profesional y ganador de 4 etapas en el Tour de Francia, Luis León Sánchez, pero de manera oficiosa, todos los que consiguen acabar son campeones. Así, de los 500 que empezaron, los 427 que cruzaron la línea de meta ganaron. Todos a su manera y todos con sus propios objetivos, pero lo lograron. "En la última etapa, cuando quedaban 7 kilómetros para la meta me rompí y empecé a llorar. Llevaba tal tensión que todo empezó a salir". Mínguez nos cuenta que pensaba en su familia, en las horas de entrenamiento que le mantuvieron lejos de sus seres queridos; se acordaba del rodillo del gimnasio, de los madrugones y las salidas en bici en pleno invierno alcarreño; de los días previos con el cuadro de la bici y la tensión de que en cualquier momento se rompía la bici y tenía que abandonar.

Se acordaba de todo aquello y de Silvia, esa mujer que acababa de vencer al cáncer y que hacía pocos meses no tenía fuerzas casi ni para acabar los entrenamientos y las salidas en bici por Trillo: "Llegué a pensar que con esa falta de músculo y fuerzas lo tendría realmente complicado en Marruecos, pero al final entre todos conseguimos arroparla, ir con ella, quitarle el viento y aportar en la medida de lo posible para que acabase la carrera".

Una carrera sin igual

Se la conoce como el Dakar de las bicis y tiene sentido por ese marco del desierto, pero Jesús no cree, como otros, que sea la carrera de bicis más dura del mundo, "hay otras, como una en sudáfrica, que tienen más desnivel y se pueden hacer más complicadas. Lo que tiene esta es que son seis días en los que tienes que dormir en jaimas, que son grandes tiendas de campaña en medio del desierto, sin comodidad alguna y eso te acaba pensando mucho". Por si fuera poco, hay una jornada maratón en la que los participantes tienen que cargar todos sus enseres y en la que duermen todos en el mismo campamento, el primero que llega elige su sitio, por lo que si tienes suerte, podría llegar a tocarte dormir al lado del mismísimo Induráin.

A pesar de lo que uno se pueda llegar a imaginar al ser en el desierto, gran parte del recorrido es sobre suelo plano, solo hay unos cuantos kilómetros sobre la arena fina de las dunas y que son todo un reto, "yo tuve que bajarme y hacer ese tramo casi casi empujando la bici porque es realmente dificil pedalear sobre arena, se necesita mucha técnica que solo unos pocos tienen".

De vuelta a España, Jesús ya es un Titán y seguro que ya piensa en la siguiente meta que lograr a base de esfuerzo y pedaladas.