La titular del Juzgado número 4 de Guadalajara ha dictado prisión provisional para dos de los tres detenidos por el triple crimen de Chiloeches, perpretado en la madrugada del pasado sábado. Mientras, la tercera persona detenida ha sido puesta en libertad provisional con medidas cautelares, como la comparecencia ante el juzgado cada 15 días, retirada de pasaporte y prohibición de salir del país.

Los tres están imputados como presuntos autores de tres delitos de asesinato, de robo con violencia en casa habitada y de incendio. Imputaciones que son provisionales y que se irán concretando a lo largo de la investigación judicial. Recordamos que la jueza instructora mantiene el procedimiento judicial abierto bajo secreto de sumario.

Tal como avanzábamos ayer martes en Herrera en COPE Guadalajara, el presunto asesino del matrimonio de 62 años y de su hija de 22 en el interior de su vivienda, situada en la urbanización Medina Azahara de Chiloeches, sería un vecino veinteañero de Pioz, con numerosos antecedentes, entre ellos de robo con fuerza y estafa. Los otros dos detenidos también residían en el municipio piocero, cuyos habitantes aún no han salido del estupor y de la sorpresa que les ha provocado el hecho de que tres de sus vecinos más jóvenes puedan haber sido autores de un suceso tan atroz en el pueblo cercano.

"Uno de ellos es del pueblo de toda la vida; los demás llevan aquí viviendo más de quince años, seguro, o sea que son como si fueran también del pueblo", nos contaba en Herrera en COPE Guadalajara el alcalde en funciones de Pioz, Alejandro Porcar, poniendo énfasis en que se trata de"chicos jóvenes, entre los 20 y 24 años, y nadie jamás podía pensar que pudieran llegar a hacer esto".

Lo que ha ido quedado más claro conforme avanza la investigación es que el robo ha sido el móvil del triple crimen. No en vano, en los registros llevados a cabo por la Guardia Civil, en un hostal de la localidad madrileña de Danganzo de Arriba y en Pioz, aparecieron varias joyas presuntamente robadas a la familia asesinada. De hecho, una de ellas, una pulsera tipo esclava, pertenecía a la madre, según ha confirmado el hijo y único superviviente de los asesinatos.

Además, en esos mismos registros los agentes pudieron recabar múltiples indicios que apuntan a uno de los detenidos como autor material de los hechos y a los otros dos -una chica venezolana y el primo del ex-novio de la hija fallecida- como cómplice y encubridor, respectivamente.