Se desprende un muro en Cuenca, deja grietas enormes y ahora sus vecinos se quedan sin calefacción: “Miedo a quedarse atrapados”
Tres años esperando una actuación inmediata y cada vez, las consecuencias son más graves. Los vecinos podrían afrontan un invierno sin calefacción

El muro desprendido
Toledo - Publicado el
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La caída de un muro de contención en la calle Ramiro de Maeztu, en Cuenca, mantiene preocupados a más de 100 vecinos desde hace meses, incluso años.
El hundimiento, que se produjo hace más de tres años, y afecta directamente a la sala de calderas de varias comunidades de propietarios, lo que impide que los técnicos puedan intervenir para poner en marcha el sistema centralizado, la calefacción. Aquí en este vídeo puedes ver el estado en el que se encuentra.

Así se encuentra el entorno del muro y la sala de calderas
Jacob Martínez, como secretario y administrador de la Comunidad de Propietarios Astrana Marín (números 1-9) y Sánchez Vera (15 y 17) nos contaba que "llevamos todo el verano avisando al Ayuntamiento de que nos quedamos sin calefacción, y no han hecho nada”.
Un muro hundido desde hace años
El muro, ubicado en una calle colindante a las comunidades, se derrumbó hace al menos tres o cuatro años. Desde entonces, la situación se ha convertido en un problema judicial y vecinal.
La consecuencia es clara: el muro sigue derrumbado y amenaza con desplomarse aún más sobre la sala de calderas, donde los técnicos se niegan a entrar por miedo a quedar atrapados.
Los técnicos se niegan a entrar a la sala de calderas por miedo a quedar atrapados"
Representante de los residentes afectados
El problema afecta a un total de 56 viviendas, lo que se traduce en más de un centenar de personas sin calefacción en pleno otoño e invierno. Entre los afectados hay bebés, ancianos y familias con pocos recursos, que ahora deben buscar alternativas para calentar sus casas. El portavoz vecinal nos contaba en COPE Cuenca que “estamos hablando de gente muy mayor que vive en edificios antiguos, con mal aislamiento y que ahora tendrá que comprar radiadores eléctricos, pagando más en la factura de la luz. Otros se verán obligados a recurrir a calefacciones de butano, con el riesgo que eso conlleva”.
MÁS VECINOS
María José es una de las vecinas afectadas y nos contaba que “el Ayuntamiento nos dijo que teníamos que arreglarlo porque estaba en nuestro patio. Nosotros fuimos a juicio porque considerábamos que era suyo, y la sentencia nos dio la razón. Pero a pesar de ser firme, desde hace dos o tres años, no han hecho nada”.
Los vecinos aseguran que incluso en junio de este año se celebró una reunión con el Consistorio para buscar una solución. “Les pedimos que arreglaran el muro, sobre todo para poder acceder a la caldera, pero seguimos igual”, lamenta esta vecina.
La situación se agravó tras un derrumbe controlado en el que, según la vecina, el Ayuntamiento dejó los restos en el patio comunitario. “Lo único que hicieron fue tirar todos los escombros encima de la sala de calderas. Con todo ese peso, los técnicos no podían entrar y tuvimos que gastar dinero de la comunidad para retirarlo”.

Muro desprendido en Cuenca
Después vinieron las filtraciones de agua, porque eso es terreno y tuvieron que impermeabilizar la caldera, pero sigue cayendo agua y la impermeabilización no sirve. Ahora los técnicos no quieren entrar porque es peligroso.
Además, ha crecido mucha hierba seca y arbustos, y con los techos de madera que tenemos puede producirse un incendio. A eso hay que sumar los gatos, ratas y palomas que entran libremente”, señala la vecina.



