Filas de butacas de madera y escay, en ligera pendiente, para que nadie perdiera detalle. Un teatral escenario con su telón de terciopelo rojo. El olor a palomitas recién hechas y el sonido de estas al explotar. La emoción de los primeros planes adolescentes...

Hubo un tiempo en el que el cine de estreno no estaba a golpe de Netfilx o Disney+, ni era posible elegir entre 6, 10 o incluso 20 películas distintas en un mismo lugar.

Hubo un tiempo en el que esperábamos, pacientemente, a que llegara el fin de semana para descubrir qué película (o dos películas, en el mejor de los casos) nos ponía en cartelera el cine del pueblo.

A los que somos de Tomelloso, y ya vamos peinando canas, nos es imposible pasar por la calle Pintor López Torres y no echar una mirada nostálgica a los antiguos Cine Torres y Cine Serna.

Propiedad de la familia Pedrero-Torres, el primero en abrir sus puertas, en 1955 (según publica Ángel Morales Ropero en La Voz de Tomelloso) fue el cine de verano Ideal, situado en un solar interior de lo que cuatro años más tarde se convertiría en el Teatro-Cine Serna. Y en el edificio contiguo 17 años después, en junio de 1976, abrió sus puertas el Cine Torres.

Generaciones de tomelloseros han reído y llorado, se han aterrorizado, han tenido su primera cita (quizá su primer beso) y, en definitiva, han pasado un buen rato en esasbutacas sobre las que ahora solo se sienta el polvo.

Y por aquellos pasillos, corriendo escaleras arriba hacia el escenario, entrando a hurtadillas en la sala de proyección, o dando "pelotazos" a las paredes encaladas del cine de verano, pasó Guillermo, junto a sus primos,algunos de los mejores momentos de su infancia. Y como homenaje a esos recuerdos nació la cuenta de Instagram"El cine de mi abuelo".

"Yo no he vivido en Tomelloso, pero vivían allí mis abuelos y parte de mi familia" explica a COPE Guillermo García Pedrero, nieto de José María Pedrero Serna, fundador, junto con su padre Jerónimo Pedrero, del Teatro-Cine Serna y más tarde del Cine Torres

"Cuando íbamos al pueblo, el cine de mi abuelo tenía siempre una presencia especial. No íbamos solamente a ver las películas, también pasábamos el rato por ahí "bacineando", cogiendo carteleras o jugando al fútbol en el cine de verano. Hasta comuniones se han celebrado allí" rememora Guillermo.

Madrileño de raíces tomelloseras, el nieto del dueño del único cine de la localidad lo recuerda como "un sitio gigante, lleno de rincones...", y reconoce que en aquel momento "no era muy consciente del privilegio que era poder pasar una parte de mi vida en ese sitio".

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Y como siempre suele ocurrir, el paso del tiempo nos hace valorar más lo que tuvimos, lo felices que fuimos sin darnos cuenta... y lo que perdimos.

Por eso "desde que cerró en 2005, siempre que voy a Tomelloso me acerco a dar una vuelta por el cine" asegura Guillermo. "Veo como cada vez está un poquito más viejo y con más polvo. Me asomo a ver el cuarto de los proyectores, me paseo un poco por los camerinos, salgo al cine de verano... Y por más veces que voy, siempre hago alguna foto y algún vídeo... es imposible no hacerlo en un sitio como ese, con tanta historia, tan estético. Pero creo que también lo hago un poco para intentar detener el tiempo de alguna manera".

Y tras años de almacenar cientos de fotos y vídeos en discos duros y teléfonos móviles, a Guillermo se le ocurrió la idea de organizarlo en una cuenta de Instagram.

Con casi 1.000 seguidores (y esperando que esta publicación haga que esa cifra, como poco, se duplique) @elcinedemiabuelo ha despertado a través desus vídeos un sinfín de recuerdos felices. Gente que comenta las primeras películas que vieron, anécdotas que allí les pasaron... evocando incluso como olía.

"Antiguos trabajadores también han dejado sus mensajes" comenta emocionado Guillemo, que reconoce que "como estuvo tanto tiempo abierto, ha sido un lugar de encuentro de varias generaciones, y es muy bonito ver a personas de edades muy diferentes compartir eso. Estoy segurodeque a mi abuelo le habría gustado mucho saber el buen recuerdo que tiene la gente de su cine".

Guillermo, que asegura que aún tiene mucho material por mostrar (documentos, carteles, alguna foto antigua...) promete seguir descubriéndonos rincones y desempolvando la memoria del inolvidable cine de su abuelo.