SEGUNDA DE ABONO EN ALBACETE
Como si no hubiera pasado el tiempo
Samuel Navalón y Manuel Caballero abrieron la Puerta Grande de la plaza de toros de Albacete
Albacete - Publicado el - Actualizado
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Lorenzo del Rey
La novillada, primera de las dos que se organizan por pliego en el abono albacetense, tenía hechuras de ser de primera. Por el ganado de Montealto, con muchas papeletas para dar buen juego, y una terna redonda. Además, con la circunstancia de despedirse Navalón como novillero y, encima, sin estar en plenitud de facultades por ser herido hace apenas unos días en El Casar. Pues la cosa fue más o menos la esperada. Puerta grande de Caballero y Navalón, con empujón por parte del público y presidencia en la figura de Joaquín Coy para apuntalar el triunfo, una novillada variada con varios ejemplares toreables y con opciones para la muleta como segundo, cuarto y quinto. El resto, bajos de casta e incluso mansos. Novillada que se alargó en exceso (casi tres horas de festejo) y que dejó una notable tarde de Navalón, aprobado con creces para Caballero y la salida a hombros de ambos como hiciesen hace exactamente un año. Y a un Zulueta que tuvo el peor lote y al que el mal uso de la espada casi le cuesta que le devolvieran al corral el último de la tarde.
Pero el doble triunfo, alegre y muy celebrado por el aficionado local, no puede servir como maquillaje para ocultar que las peticiones y concesiones desde el palco siguen siendo generosas en unos momentos para luego elevar el mismo listón de la exigencia. Y el público, que es soberano, gusta mucho de apoyar a los suyos aunque eso conlleve pérdida de seriedad. Es preferible una vuelta al ruedo muy torera o una oreja de peso que un trofeo a la baja o una puerta grande chica. Y aunque esto sea predicar en el desierto, siempre nos quedará la opción de poder decir: “yo lo digo en mi crónica”. Pues dicho queda. Valor y al toro.