La situación actual de las reservas hídricas en Cantabria dista mucho del momento difícil que atraviesan otras regiones como Andalucía y Cataluña. Sin embargo, la cantidad de agua embalsada en los pantanos de la región de los que se abastase la comunidad está muy por debajo de la situación de otros pantanos vecinos: Galicia, Asturias y Navarra por encima del 85% o el País Vasco al 75%.

En Cantabria desde hace meses, el agua embalsada oscila entre el 25% y el 30%, ahora mismo al 32%. Esto son 200 hectómetros cúbicos de los 575 posibles.

En Cantabria hay 10 embalses, pero solo tres de ellos actualizan y aportan datos sobre sus reservas: Alsa-Mediajo, La Cohilla y el embalse del Ebro. La capacidad máxima que podría almacenar este embalse sería de 541 hectómetros cúbicos de agua, la de Alsa-Mediajo, 22 y el de La Cohilla, otros 12 hectómetros más.

El embalse del Ebro no es un pantano más. Por su ubicación regional pertenece a Cantabria, pero su control no está regulado por la Conferencia Hidrográfica del Cantábrico del Ebro, dedicada a regularizar las cuencas que discurren alrededor de este río, hasta su desembocadura en Tarragona.

El del Ebro es uno de los embalses eje que se consideran estratégicos dentro de la red hídrica nacional. Aporta agua a 18 provincias distintas, desde Palencia y Burgos llegando a Guadalajara por el sur, o hasta Gerona en el norte.

Los otros dos embalses de la comunidad, el de Alsa-Mediajo y el de La Cohilla, tienen sobre todo un uso hidroeléctrico por lo que su régimen de explotación está muy relacionado con las necesidades de suministro eléctrico en la región.

Ambos pantanos sirven de retención de aguas para su posterior derivación hacia centrales hidroeléctricas. Además, dentro del embalse de Alsa-Mediajo hay establecidos 10 hectómetros cúbicos de agua que sirven para regular el caudal del río Besaya.

LAS ULTIMAS RESTRICCIONES EN 2022

A pesar de ser una comunidad norteña, Cantabria arrastra uno de los periodos más secos y cálidos de su historia. El último año hidrológico terminó muy seco, con un déficit del 18%. Totalizó 1019,2 mm, de los 1246,2 mm que se registran en promedio. Este 2022-2023 fue el sexto más seco del periodo 1961-2023.

Ya el 2022 fue extremadamente seco en cuanto a precipitaciones, registrando 807 litros por metro cuadrado y acumulando un déficit del 32% de precipitación.

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Se registraron precipitaciones frecuentes en el interior (19 días en Nestares o 22 en Fuente Dé) y algo menos hacia el litoral (12 días en Santander/Aeropuerto y 15 días en Castro Urdiales), pero cayeron en episodios breves que dejaron poca cantidad.

Situación que llevó a localidades como Campoo de Yuso o San Roque de Riomiera a realizar cortes de agua. En esta segunda un camión cisterna del 112 Cantabria estuvo abasteciendo el depósito municipal durante un par de semanas.

En Campoo, su alcalde Oscar Ortiz, ha recordado en COPE Cantabria lo duro que fue tomar la decisión de activar los cortes en el suministro. “Al primero que no me gustó fue a mí, pero había que hacerlo y los vecinos lo entendieron”.

Ortiz ve la situación con preocupación porque su municipio se nutre de los manantiales de la zona, y el caudal de muchos de ellos es escaso tras unos meses con pocas lluvias y sin nieve. “El agua es el petróleo del futuro, quien tenga sobrevivirá y quien no...” afirma.