El 92% de los operarios de limpieza de ceniza del volcán de La Palma tiene metales pesados en sangre: "De momento, no es preocupante"

Han pasado casi cuatro años de la erupción del Tajogaite. Durante este tiempo, los residentes de la Isla han intentado recuperar la normalidad, las administraciones públicas han hecho esfuerzos por incentivar la economía de la zona y los científicos se han dedicado a estudiar tanto la morfología del volcán como el impacto que ha tenido en la población de La Palma. De hecho, sobre este último asunto, existe un estudio llamado ISVOLCAN, liderado por investigadores del Hospital de La Candelaria, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y el Área de Salud de La Palma, cuyas conclusiones podrían resultar reveladoras. 

Se trata de una investigación que busca conocer las consecuencias en la salud de las personas próximas al volcán, que han estado expuestas a sus emisiones y gases. Por el momento se encuentra en una primera fase, pero gracias al seguimiento de un determinado grupo de personas, ya conocemos que cerca del 92% de los participantes que ayudaron con la limpieza de ceniza tenían niveles más altos de contaminación en sangre. Francisco Ferraz, gerente de los Servicios Sanitarios del Área de Salud de La Palma nos daba más detalles. 

llamado a la tranquilidad

"Aparentemente se han producido todo ese tipo de patologías y lo que tenemos que ver es cuál es la evolución. De momento, no es para preocuparse", explica Ferraz, lanzando un mensaje de calma. "Es decir, el que tengamos metales pesados es un dato que aparece en el estudio, pero que no ha empeorado la salud de esas personas. Entonces, lo que tenemos que ver es la evolución en el tiempo para saber si realmente eso va a afectar o no". 

No se pudieron hacer estudios, eran otras épocas con mayores dificultades"

Fran Ferraz

Gerente de los Servicios Sanitarios del Área de Salud de La Palma

Otros datos que refleja este estudio en su primera fase es que la irritación ocultar y de las vías respiratorias superiores fue el síntoma agudo más frecuente. Sin embargo, Ferraz insiste en ese mensaje de tranquilidad. Todavía queda mucho estudio por hacer para determinar las consecuencias a la salud a largo plazo. "Hemos tenido tres erupciones, mucha población de La Palma las ha vivido: el San Juan, el Teneguía y ahora el Tajogaite", explica Ferraz, "pero no se pudieron hacer estudios, eran otras épocas con mayores dificultades".  

queda mucho por investigar, también en lo emocional

Ahora la sociedad y los grupos de investigación tienen la posibilidad de saber esas consecuencias en la salud y los resultados serán herramientas muy útiles para las poblaciones futuras. "Volveremos a tener erupciones en Canarias, no sabemos cuándo, pero las volveremos a tener", decía el gerente. De esta forma, con los datos en la mano podemos saber qué caminos seguir y tomar medidas preventivas para evitar complicaciones en los vecinos, técnicos u operarios. 

Un dato que sí podemos destacar es el aumento de la incidencia de trastornos psiquiátricos en la población general, como el estrés postraumático. Durante el período de erupción, más de la mitad de las personas reportaron insomnio, así como ansiedad o depresión. "Estas situaciones ponen en peligro tu estabilidad. Tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista sentimental, genera problemas y ha sido un factor más el estar pendiente de casas, de cultivos...". 

Estas situaciones ponen en peligro tu estabilidad. Tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista sentimental"

Francisco Ferraz

Gerente de los Servicios Sanitarios del Área de Salud de La Palma

Ferraz explica que hay un importante aumento del insomnio y de la ansiedad en la población, aunque muchas personas ya están en fase de tratamiento para mejorarlo. "Tratamos todavía de que aquellas personas que en su momento dijeron 'yo controlo', poderlas ayudar también", decía. 

Queda todavía mucho por averiguar. Al menos, ahora gracias a este estudio y los resultados obtenidos, los científicos y las autoridades podrán trabajan en encontrar marcadores que podrían, en una posible futura erupción, servir para plantear nuevas estrategias. En prevención, por ejemplo.