Cuidar de los más pequeños de la casa es una de las señas de identidad del Hospital Vithas Las Palmas desde prácticamente sus inicios. No en vano, es el único hospital privado de Canarias que cuenta con una UCI Neonatal, así como una Unidad de Hospitalización Pediátrica, un hospital de día y una completa Unidad de Urgencias Pediátricas abierta las 24 horas del día durante todo el año.

Pero, ¿en qué consiste una UCI Neonatal? Aunque la mayoría de los bebés nacen perfectamente sanos y desarrollados, hay veces que no es así y el bebé nace de forma prematura. Un parto prematuro puede ser un niño que oscile entre 500 gramos y dos kilos. Entre más pequeños existe mayor complejidad y dificultad en su tratamiento y necesitan de un servicio muy especializado que en Canarias sólo ofrece el Hospital Vithas Las Palmas en el ámbito privado.

“La atención a la infancia realmente se inicia desde la etapa del embarazo cuando se detecta que el feto presenta alguna problemática. En ese caso, los pediatras ya participan en la toma de decisiones y en el conocimiento de qué nos espera cuando nace. Antes del nacimiento ya participamos en el cuidado de los niños” explica el doctor Francisco Domínguez, jefe de la Unidad de Pediatría del Hospital Vithas Las Palmas.

Pero la atención a la infancia no se determina únicamente en el ámbito médico. Al menos no en la filosofía de Vithas. “Creemos mucho en la importancia de que la unidad de pediatría en su totalidad sea una unidad de puertas abiertas, porque esta circunstancia favorece el vínculo entre los papás y las mamás con sus hijos. Pueden permanecer con los pequeños durante su hospitalización en la misma habitación, con uso individual y en condiciones hosteleras. También pueden visitarlos en la UCI Neonatal todo el tiempo que consideren y mantener la lactancia materna a demanda, sin horarios determinados”, continúa el doctor Domínguez.

“Es más, la mayoría de los pacientes tras el alta hospitalaria intentan no regresar si no es preciso, pero nuestros prematuros y sus familias nos vienen a visitar con frecuencia, creamos un vínculo del que nos sentimos muy orgullosos”, destaca el pediatra.

Escuela de padres

Una filosofía que, asegura, repercute positivamente en los pequeños, que se sienten más seguros, y en los padres, a los que esta cercanía les hace sentir también menos miedo e incertidumbre. A esto se suma una constante y completa información por parte del equipo pediátrico sin limitación de horario. “Ni siquiera contamos con una hora específica para informar a las familias porque les explicamos lo que ocurre y pueden acudir a preguntarnos en cualquier momento”, detalla el doctor Domínguez.

Una atención integral y cercana en todas las etapas de la mujer y la infancia, que abarca desde el cuidado ginecológico a la concepción y los tratamientos de fertilidad pasando por el control y seguimiento del embarazo y el parto hasta los cuidados pediátricos. De hecho, y en las primeras semanas existe una escuela de padres en la que las matronas les imparten formación para esta nueva etapa.

APOYO: Consejos básicos ante dudas frecuentes

Los primeros años de vida de un bebé son una etapa llena de dudas y retos para los que el pediatra debe ser la persona a la que los padres acudan y que les explique cómo proporcionar los mejores cuidados, las fórmulas preventivas ante patologías y accidentes, así como el fomento de hábitos de vida saludables. “Nosotros procuramos estar siempre disponibles ante las dudas que les puedan surgir a los padres”, asegura el especialista.

Algunas de estas consultas se repiten muy frecuentemente, como la fiebre. “Salvo que aparezca ante bebés menores de tres meses, casos en los que hay que acudir inmediatamente a urgencias; o que sea excesivamente alta y persistente, vaya acompañada de vómitos, dificultad respiratoria y/o manchas, irritabilidad o decaimiento; lo cierto es que la fiebre es un síntoma de que el cuerpo está respondiendo ante una infección, pero no supone una enfermedad por sí misma”, relata el doctor Domínguez.

Mantenerlos hidratados, resguardados sin abrigarlos en exceso y procurar que coman y descansen adecuadamente son las mejores medidas, dejando el uso de medicamentos para el caso de que exista malestar o dolor.

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Practicarles y enseñarles una buena higiene de manos es una herramienta importante para combatir tanto los temidos cuadros catarrales y respiratorios como los procesos diarreicos que se multiplican cuando empiezan en la guardería. Esta es otra afección habitual ante la que el principal objetivo es evitar la deshidratación mediante soluciones orales prescritas por el pediatra con las cantidades adaptadas al peso del niño y a su estado clínico. No son recomendables fórmulas caseras ni bebidas isotónicas.

Respecto a las vacunas, “hay que tener claro que son importantes para proporcionar inmunidad individual y comunitaria y además muy seguras. Es destacable la inmunización que ha conseguido la vacuna ante el virus respiratorio sincitial (VRS), reduciendo la incidencia de la bronquiolitis de forma espectacular”, concluye el responsable del área pediátrica del Hospital Vithas Las Palmas.