Cáritas Diocesana de Canarias alerta de su límite de capacidad: "La situación se está cronificando"
Cada vez atienden a más familias, mientras las donaciones caen y la pobreza se agudiza por la crisis de la vivienda, la inflación y el aumento de la migración

Rueda de prensa de Cáritas Diocesana
Gran Canaria - Publicado el
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La pobreza sigue extendiéndose en Canarias y cada vez afecta a más personas y familias que hasta hace poco llevaban una vida normal. Así lo refleja la Memoria Institucional 2024 de Cáritas Diocesana de Canarias, que acaba de presentarse y que dibuja un escenario cada vez más preocupante. La organización, que abarca las islas de la provincia de Las Palmas, atendió el pasado año a casi 23.000 personas, pero alerta de que el problema se agrava porque las situaciones de vulnerabilidad se están cronificando.
"Las situaciones cada vez son más sangrantes", afirma Caya Suárez, secretaria general de Cáritas Diocesana de Canarias. "Se está cronificando la situación en todos los ámbitos de la vida de las personas. El incremento del coste de la vida y la carestía de la vivienda nos obliga a priorizar para evitar que las familias caigan en una situación aún peor de desamparo y desestructuración."
Se está cronificando la situación en todos los ámbitos de la vida de las personas.
Créditos para seguir ayudando
La presión financiera también está asfixiando a la organización. Las donaciones han caído un 24% y, ante el retraso de las ayudas públicas, Cáritas se ha visto obligada a solicitar dos créditos bancarios: uno para hacer frente a las facturas y otro para poder mantener su actividad mientras llegan las subvenciones.
Pero detrás de las cifras hay historias de personas como Caty, una de las usuarias de la organización. Su vida cambió por completo a raíz de la pandemia: "Yo estaba muy bien, podía pagar mi alquiler, mis gastos, darme pequeños caprichos. Pero llegó la pandemia, me quedé sin trabajo, tiré del paro hasta que no me quedó nada. Esto le puede ocurrir a cualquiera."
Me quedé sin trabajo, tiré del paro hasta que no me quedó nada.
El drama de vivir en la calle
Junto al incremento de familias sin recursos, el mayor drama que refleja Cáritas sigue siendo el de las personas sin hogar. Muchos de los que acuden a pedir ayuda viven directamente en la calle. Es el caso de Manuel, que denuncia la estigmatización que sufren quienes se ven obligados a dormir al raso: "La trabajadora social me preguntaba cómo puede saber alguien lo que es vivir en la calle durmiendo en un cartón… pues viviendo aquí. La gente te juzga mucho, te ponen un código de barras solo por estar en la calle y dicen que eres mala persona, pero no es así."
La gente te juzga mucho, te ponen un código de barras solo por estar en la calle y dicen que eres mala persona, pero no es así.
Desde Cáritas advierten de que la situación amenaza con desbordarse si no se refuerzan los recursos de atención. Reclaman medidas urgentes ante el agravamiento de la emergencia social que sufre Canarias, marcada por el desempleo, la pobreza, la crisis de la vivienda y el aumento de la migración. Mientras tanto, la organización sigue siendo el último recurso para miles de personas que lo han perdido casi todo.