Inmejorable puesta en escena la de los hombres de Sergio Miguel Camarero en el arranque del choque con un parcial de salida de 6-1 que encendía la luz roja en el banquillo del Unicaja que consumía sin éxito su primer tiempo muerto, recibiendo un severo correctivo en la reanudación que obligaba al técnico de los verdes a volver a parar el partido con 14-6 en el marcador.

Vigil y Fornés intentaban mantener con vida a Unicaja, pero el Guaguas estaba desatado en ataque con Pablo Kukartsev, Hage y Moisés Cezar implacables para cerrar el primer asalto por la vía rápida con un 25-17 que daba a los amarillos la primera ventaja del partido (1-0).

Unicaja parecía recobrar sensaciones en el arranque del segundo set, con Iribarne, Fornés y Jiménez intentando mantener en la pomada a los ahorradores que no tardaban en ver como el Guaguas abría una pequeña brecha de 3 puntos gracias a la contundencia de Kukartsev y Hage que llevaban a Belenguer a solicitar un tiempo muerto con 8-5.

Unicaja arriesgaba y eso se traducía en más errores propios, al tiempo que el Guaguas no perdonaba y sumaba a Matt Knigge a la causa para obligar a los verdes a quemar su último tiempo muerto con un 15-9 en el marcador. El Guaguas imprimía un ritmo alto en la recta final del asalto minimizando las virtudes de un Unicaja que volvía a claudicar como en el primer set con los mismos guarismos en el segundo asalto, 25-17, duplicándose la ventaja de los canarios en el marcador (2-0).

Guaguas arrancaba la tercera manga de la misma manera con un 3-0 de salida que obligaba a Unicaja a remar contracorriente, pero los grancanarios lanzados en ataque por Kukartsev y un Paulo Renan que endosaba dos puntos consecutivos a su rival, llevaban a Berenguel a tener que parar el reloj con un 7-3 en el marcador.

El tiempo muerto parecía sentarle a las mil maravillas a los jugadores del equipo visitante que encontraban en Iribarne y Vigil los líderes que necesitaba para presentar batalla a los canarios que veían como los verdes colocaban el 18 iguales en el marcador y Sergio Camarero ejercía su derecho al tiempo muerto para cortar de raíz la nueva inercia positiva de su rival.

El Guaguas pisaba el acelerador a fondo y Unicaja no podía seguir el ritmo impuesto por los grancanarios que cerraban la victoria por la vía rápida tras imponerse también en el tercer set siendo Moisés Cezar el encargado de cerrar el definitivo 25-20 en el marcador para imponerse con 3-0 en el segundo partido de la serie final por el título de la SVM, quedándose a un solo partido de distancia para convertirse en realidad.