A pesar de que la fiesta anglosajona de Halloween cada vez está más integrada en nuestra cultura, el 1 de noviembre, en España, siempre se ha celebrado la festividad de Todos los Santos. Y como contraposición a las gominolas con forma de calabaza, en las confiterías de nuestro país hemos encontrado los huesos de santo, un dulce de mazapán con forma de canutillo y relleno de dulce de yema. Y en este puente, en el que las autoridades sanitarias recomiendan quedarse en casa, ¡qué mejor plan que preparar tus propios huesos de santo! Aquí te contamos cómo hacerlo:

¿Qué ingredientes necesitamos?

Para el mazapán: 250 gramos de almendra molida, 200 gramos de azúcar, 100 mililitros de agua, la ralladura de un limón y azúcar glass.

Para el relleno de yema: 4 yemas de huevos talla M, 100 gramos de azugar 50 mililitros de agua.

Para el glaseado: 200 gramos de azúcar glass y 5 cucharadas de agua.

¡Vamos a cocinar!

Empezaremos por el mazapán. Mezclamos el agua y el azúcar en una cazuela al fuego y removemos para que se diluya el azúcar y dejamos hervir un par de minutos para crear un almíbar; que echaremos en la almendra molida. Hazlo poco a poco para no pasarte de cantidad y que la masa quede con la textura deseada. Después, añadimos la ralladura del limón (la parte amarilla, sin la blanca) y después de que quede todo bien integrado, formamos una bola de mazapán. Deja que repose durante un par de horas.

Una vez reposado, coloca la masa sobre un papel de horno y espolvorea azúcar glass para ayudarte a amasar. Con la ayuda de un rodillo, aplánala para que quede muy fina (menos de medio centrímetro) y corta la masa en tiras de 5 centímetros de ancho y 6 de largo. Con la ayuda de un palo de helado (valen también los mangos de los cubiertos), forma los canutillos uniendo los bordes. Y deja que se sequen durante unas cuantas horas.

Ahora nos ponemos con el relleno de yema. Batimos las cuatro yemas de los huevos y hacemos un almíbar como el que hicimos para el mazapán, pero dejamos hervir durante más tiempo para conseguir un almíbar algo más espeso. Con unos cinco minutos servirá. Unimos, poco a poco, el almíber y las yemas. Es importante que lo hagas con cuidado, integrando los dos ingredientes con una varilla para que las yemas no se cuajen. Una vez estén mezclados, los ponemos un bol al baño maría, removiendo sin parar para que espese bien. ¡Ten paciencia! Esto te puede llevar una media hora.

A montar los huesos de santo... ¡y a comer!

Con la ayuda de una manga pastelera, metes la crema de yema en los canutillos de mazapán y los sumerges en el glaseado que has preparado echando unas cinco cucharadas de agua en 200 gramos de azúcar glass. Una vez haya secado el glaseado llega lo mejor de esta receta: ¡comer!