Los sueños de las personas sin hogar que conmueven a un barrio de Oviedo: "Me haría ilusión comer una fabada"

La parroquia de Nuestra Señora de Covadonga, en el barrio ovetense de Teatinos, ha iniciado su campaña anual de colaboración con el albergue Cano Mata. La iniciativa, que busca abastecer de enseres a la entidad durante todo el año, ha arrancado con una emotiva acción de sensibilización protagonizada por niños y personas sin hogar.

“No tengo casa, pero tengo sueños”

Bajo este lema, varios usuarios del albergue ha escrito cartas con sus sueños, que han sido leídas por los niños de la parroquia. La dinámica, guiada por educadoras del centro, pretendía explicar la realidad de la gente que vive en la calle y concienciar a las familias, según ha explicado el párroco José Ramón Castañón 'Pochi' en COPE Oviedo

Quiero que me miren y que me reconozcan"

Manuel (nombre ficticio)

Usuario anónimo del albergue Cano Mata

Los anhelos eran “cosas tan cotidianas, pero que a la vez te calaban en el corazón”, ha descrito el párroco. Deseos como “comer un plato de fabada”, poder “mirar al cielo” o simplemente “que me miren y que me reconozcan” dejaron “impresionados” a los pequeños y a sus padres.

Mi sueño sería una comida caliente"

María (nombre ficticio)

Usuaria anónima del albergue Cano Mata

Las responsables del albergue invitaron a los niños a la reflexión: “Cuando lleguéis a casa y estéis calentitos, pensad por un minuto en una persona que ahora mismo está durmiendo debajo de un puente”. El párroco ha asegurado que los niños se quedaron impactados al comprender que hay gente cuya única preocupación es tener un “plato de comida caliente”.

Una colecta para todo el año

El objetivo de la campaña es recoger enseres de primera necesidad que el albergue necesita de forma continua. El párroco ha hecho hincapié en que no se trata de una acción puntual por Navidad, sino de una colaboración para abastecer al centro durante todo el año y no “olvidarse” después de las fiestas.

Concretamente, se solicita la donación de ropa interior, productos de higiene, camisetas térmicas, mochilas y sacos de dormir. Son los propios niños y sus familias quienes se encargan de recolectar, clasificar y empaquetar todo el material para entregarlo en el albergue antes del día de Nochebuena.

'Pochi' ha destacado con orgullo que la “parroquia de barrio, sencilla y humilde” consigue abastecer al albergue para todo el año, demostrando que el compromiso va “más allá de una lata de sardinas o unas lentejas”.