En las próximas semanas comenzarán a llegar a Aragón procedentes de otras provincias, de otras comunidades e incluso de otros paises, los temporeros que participarán en las campañas de recogida de la fruta, aunque el grueso de la campaña se concentra en los meses de julio y agosto.

El Gobierno se teme que se repita la historia vivida el pasado verano y se produzcan nuevos brotes de coronavirus. Para evitarlo, los departamentos de Sanidad, Economía y Agricultura del Ejecutivo aragonés están ultimando los detalles de un orden conjunta que se publicará en los próximos días para garantizar el cumplimiento de la normativa laboral.

Medidas como por ejemplo, que todos los temporeros tengan contrato y un alojamiento digno para evitar que estén hacinados como ha ocurrido otras veces. De hecho, los temporeros solo podrán desplazarse con una declaración responsable donde figure su domicilio.

La normativa también obligará a las empresas que los contraten a comunicar, antes del inicio de la campaña, las previsiones de contratación, a través de la presentación de una declaración responsable en la que se comprometerán expresamente a cumplir las condiciones laborales y sanitarias y a dotar a los trabajadores temporales de unos alojamientos y unos medios de transportes adecuados.

Según ha explicado en COPE el consejero de Agricultura, Joaquín Olona, son los fruticultores como empleadores, quienes deben facilitar las debidas condiciones de alojamiento de los temporeros. Según los cálculos del Gobierno, en esta campaña no harán falta más de 15.000 trabajadores.

Una de las propuestas que han hecho las organizaciones agrarias en materia sanitaria para evitar posibles contagios, pasa por exigir a los trabajadores que vengan con una PCR negativa, y que el coste corra por cuenta de los empleadores.

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