El milagro del ejercicio: de la silla de ruedas a levantarse sola con 102 años
Una investigación española pionera demuestra que un programa de entrenamiento de fuerza revierte la fragilidad y devuelve la autonomía a personas centenarias

Nuria Garatachea, de la Universidad de Zaragoza demuestra que hacer ejercicio a los 100 años es beneficioso
Zaragoza - Publicado el
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La edad no es un impedimento para transformar radicalmente la calidad de vida a través del deporte. Un equipo de investigación español ha demostrado que el ejercicio físico pautado no solo es beneficioso en edades avanzadas, sino que puede revertir la fragilidad y cambiar la vida de personas centenarias. Este hallazgo es el resultado de un estudio pionero liderado por la Universidad de Zaragoza en colaboración con el IIS Biocruces Bizkaia, el Departamento de Salud del Gobierno Vasco y el CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES).
La investigación, coordinada por Nuria Garatachea, profesora titular en la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte de la Universidad de Zaragoza, partía de una pregunta tan directa como ambiciosa: ¿puede el ejercicio cambiar la vida a los 100 años? "Los resultados han sido asombrosos", afirma la coordinadora, al constatar cómo la biología humana responde al entrenamiento "incluso a esas edades tan avanzadas". El proyecto ha supuesto un "salto cualitativo" respecto a estudios previos, ya que el gran reto ha sido poner a entrenar a este grupo de población.
Un antes y un después en la vida cotidiana
El ejemplo más espectacular de los logros conseguidos es el de una mujer de 102 años que realizaba toda su vida en una silla de ruedas. Cuando los investigadores propusieron a la familia y al personal de la residencia que la anciana comenzara un programa de entrenamiento físico, la respuesta inicial fue de incredulidad. "La gente se echaba un poco las manos en la cabeza", relata Garatachea sobre el escepticismo inicial que rodeaba la intervención.
Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula tres meses después. Tras completar el programa, la misma mujer, que antes dependía completamente de su silla, era capaz de levantarse y sentarse ocho veces seguidas sin ningún tipo de ayuda. Este hito no solo representa una mejora funcional, sino una auténtica transformación en su autonomía y día a día. "Les transformó la vida", resume la coordinadora del estudio al hablar del impacto del programa en los participantes.
Conseguimos que ella sola, sin ayuda, se pudiera sentar y levantar de su silla 8 veces seguidas"
Coordinadora del estudio
Rejuvenecimiento biológico y anímico
Los beneficios del entrenamiento no se limitaron a las capacidades físicas visibles. A nivel biológico, el estudio, realizado junto al grupo de Ander Matthew, constató que los biomarcadores en sangre que se asocian a la fragilidad se habían revertido. En palabras de Garatachea, consiguieron "echarlos para atrás". Este rejuvenecimiento fisiológico demuestra la profunda capacidad de adaptación del organismo.
En el plano anímico y social, el impacto fue igualmente notable. Los participantes esperaban con ilusión las sesiones con Adriana Hernández, la doctora encargada de los entrenamientos. Este cambio de actitud refleja una mejora en la motivación y en la esfera social, componentes clave para un envejecimiento saludable y feliz.
El programa de intervención se extendió durante tres meses, con una frecuencia de dos sesiones semanales. Inicialmente, los entrenamientos de fuerza duraban entre 20 y 25 minutos, pero la progresión fue tan positiva que, al finalizar el estudio, los participantes ya podían realizar sesiones de casi 50 minutos centradas en el fortalecimiento muscular.
Pioneros en el estudio del envejecimiento
Nuria Garatachea confirma que esta investigación es, hasta donde se conoce, "el primer estudio de intervención con ejercicio físico en personas centenarias a nivel mundial", un hecho reconocido por la comunidad científica. El trabajo se ha centrado en esta población porque, según la experta, los centenarios son "el mejor modelo de envejecimiento saludable", ya que han conseguido esquivar las principales enfermedades crónicas a lo largo de su vida.
La investigación ha sido publicada en Journal of Cachexia, Sarcopenia and Muscle y es pionera a nivel mundial. El trabajo ha sido coordinado por Nuria Garatachea, profesora titular en la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte y miembro del grupo Exer-GENUD de la Universidad de Zaragoza, y Ander Matheu, responsable del Área de Envejecimiento del IIS Biogipuzkoa del Departamento de Salud del Gobierno Vasco y Osakidetza.
Un estudio que también ha contado con participación de varios equipos del Centro de Investigación Biomédica en Red, CIBER, y los Servicios de Geriatría del Hospital de Albacete y de Toledo, liderados por los doctores Pedro Abizanda y Leocadio Rodríguez Mañas respectivamente.
El estudio se basa en una premisa científica clave: "estamos diseñados para movernos". La investigación no solo ha logrado potenciar la fisiología y la capacidad adaptativa de los participantes, sino que también subraya el grave perjuicio que provoca el sedentarismo. La conclusión final es un mensaje de esperanza y una llamada a la acción.
Nunca es tarde, y cuanto antes empecemos y nunca abandonemos ese hábito, muchísimo mejor"
Coordinadora del estudio
Como resume la propia Nuria Garatachea, "nunca es tarde" para empezar a hacer ejercicio. Su recomendación final es clara y contundente, insistiendo en la importancia de incorporar y mantener la actividad física como un pilar fundamental en cualquier etapa de la vida para gozar de una mayor salud y autonomía: "Nunca es tarde, y cuanto antes empecemos y nunca abandonemos ese hábito, muchísimo mejor".
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



